Yucatán

La realidad, esa señora fea y terca…

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Los defensores a sueldo y oficiosos de quien desgobierna Progreso y deshonra el privilegio y la dignidad consustanciales al servicio público, afirman que criticamos por envidia y mala fe.

Nos tildan de estar celosos del trabajo que según ellos, se hace a favor de Progreso y de sus habitantes, en especial de los menos favorecidos.

Estos jilgueros, oficiosos y a sueldo, se desgarran la garganta cantando loas a lo que según ellos, son obras visionarias y que por arte de magia, situarán al puerto ya no digamos en el primer mundo, sino en el lugar preponderante de los destinos turísticos.

Lamentamos decirles que tristemente no es así. Porque la realidad, esa señora tan fea y terca, que visita asiduamente a los gobernantes, se encarga de desmentirlo, una y otra vez.

Y cada vez que los jilgueros, oficiosos y a sueldo, entonan trinos de alabanza a milord Julián, viene la realidad y derriba todos los castillos construidos en el aire.

Y es que los jilgueros, a sueldo y oficiosos, pretenden hacer de Julián un ídolo. Lo malo es que su efigie tiene pies de barro y ha de correr la misma suerte que la estatua erigida en honor del idiota de Macuspana en Atlacomulco, precipitarse a tierra y perder la cabeza.

Y es que, a pesar de la lluvia de declaraciones triunfalistas, fotos, videos y comentarios a modo, la participación de actores de reparto pagados y el concurso involuntario de idiotas útiles, la realidad, esa señora tan fea y tan terca, sigue y seguirá exhibiendo sus mentiras, engaños y falacias.

Y para muestra, tan solo un par de botones: la balacera y hechos de sangre en la colonia Canul Reyes y los cada vez más frecuentes reportes de asaltos en el malecón y sus inmediaciones.

Por más que milord Julián se empeñe asegurando que Progreso es una ciudad segura, todos sabemos que no es así.

Por el contrario, Progreso es una urbe en manos de la delincuencia organizada, que acaudilla el Jefe de la corporación policíaca municipal, que o es incapaz de poner freno a la ola delictiva, o bien es parte fundamental de ella. Saque usted sus propias conclusiones.

Lo único bueno que deriva de esta cantidad inenarrable de atrocidades, es que todas en su conjunto, contribuyen a acentuar el hartazgo ciudadano y estamos seguros de que en la próxima elección, el pueblo progreseño no volverá a cometer el error de apoyar a Julián y su pandilla y se sacudirá las sanguijuelas que le chupan la sangre.

Feliz año nuevo a todo Progreso y sus habitantes. Que este sea el año en que comience la liberación.

Seguimos pendientes…

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