Envenenamiento de perros en Peto
*Los cobardes se enseñan con los más débiles.
Peto, Yucatán, México a 10 de diciembre de 2021 (Bernardo Caamal Itzá)
Cada quejido de nuestro perro debido a los efectos del veneno, nos recuerda, la importancia de luchar por la vida y enfrentar las terribles realidades en que vivimos en la comunidad.
“Beyli” u tuul chan pek’ tal como se dice en el idioma maya, al perro, ahora a 8 días que sufrió los efectos del veneno, poco a poco va superándolo debido a su fortaleza física.
A nuestro can, lo intentaron matar y el veneno que le fue suministrado por la reja principal, entre sus efectos directos, de inicio le ocasionó la inmovilidad y aullidos de dolor durante estos días.
Fueron muchos días sin poder comer, y el agua se la dábamos por medio de jeringas, y en este tiempo, se le administró la medicina recomendada por el veterinario, así como el suero y carbón activado para contrarrestar los efectos del veneno.
Con este hecho, Beyli sufrió los efectos directos de la maldad humana, lo peor, es que esos dolores sufridos, en realidad su gran pecado, fueron por cuidar la casa.
Hoy por la tarde, ya con cierto dominio de la cabeza, pudo consumir sus alimentos, aunque en días pasados, solo aceptó líquidos.
Ahora, el pelo se le cae por mechones, sus ojos aún se ven llenos de lagañas, y en días pasados, a pesar de su dolor, al hablarle por su nombre, intentó por lo menos, mover la cola, para con eso indicarnos que nos escucha y está consciente.
Cuanta cobardía hay en quienes recurren a estos hechos, como envenenar a nuestros animales. No es la primera vez que pasa; en el año 2018, cinco de nuestros perros, murieron por el veneno, y no por parvovirus, y quienes lo hicieron, se ocultaron bajo las sombras de la noche, sin importarles lo que significa la vida.
En nuestro caso, esta venganza obedece a ciertos actores políticos que les incomoda que la ciudadanía recurra a nosotros para denunciar sus arbitrariedades. Al ocasionar daño a nuestros animales, el mensaje es claro “O te callas o te va pasar algo similar” y mucho de estos actores ocupan cargos públicos, y su temor es que la comunidad se entere de lo que hacen.
Muchos de ellos, al escudarse en los cargos públicos, mal usan los recursos públicos, por ejemplo, recurrir al personal oficial del Ayuntamiento, desde los que administran la justicia; los que graban para informar a través de su andamiaje de comunicación social, y con ello desde el palacio municipal, mal informar.
Tan solo la administración anterior (2018 a 2021), dejaron huellas de ese hostigamiento directo a nuestra labor informativa y del mal uso de los recursos públicos para “callar a la prensa”
De tal forma, que hasta el momento, las administraciones locales, para “callar” no dudan en recurrir a todas las artimañas posibles y con ello asegurar que nadie sepa.
¿Habrá Derechos Humanos?
Todo mundo sabe que las instancias de derechos humanos, solo son un andamiaje burocrático más y sin resultados tangibles; lo peor del asunto, es que muchos comunicadores “tienen precio” y se callan ante las realidades que se viven en sus pueblos, porque lo único que les interesa, es cuanto van a cobrar por ocultar la información.
En pleno siglo 21, y conste, a pesar del auge de las redes sociales, y del enorme papel que tienen los ciudadanos para denunciar esos atropellos a sus derechos, o de las noticias de sus realidades locales, aún estamos en pañales en materia de respeto a la libertad de informar.
Ante esos delitos, como negar los servicios públicos a los ciudadanos no afines a sus partidos políticos, cuando hay denuncia, las autoridades, recurren al viejo método de “maicear a quien denunció” y curiosamente quienes denuncian, a los pocos días, son los mismos quienes terminan señalando que no fue así. Lo curioso del caso, es que gran parte de estos mensajes son articulados desde las direcciones de comunicación social, lo que significa, que desde la administración publica se articulan acciones que atentan contra el desarrollo de la sociedad.
Hay que estar atentos al mal ejercicio de los recursos públicos, para que la sociedad tenga conocimiento de la ley que protege sus derechos ante los atropellos de las autoridades en turno, independientemente que los que trabajan en esas instituciones, mantengan una línea de defensa a su jefe y a su comunidad.
Hoy le tocó a nuestro amigo Beyli, ante esos dolores que hoy lo aquejan, queda patente esta denuncia. Urge como comunidad que nos organicemos para velar por nuestros derechos, como sociedad, nuestra luz, será siempre la justicia y no nuestros intereses personales.