Alrevesado
La ideología socialista es odio de clase. Son todos pasiones y complejos
Jamás han construido algo bueno. Han sido parásitos estorbosos para México desde hace décadas.
Por Javier Livas (javierlivas@gmail.com)
Los socialistas ven el mundo al revés.
Exactamente eso explica al Gobierno de Andrés. También lo identifica con sus camaradas. Apoyada en el Congreso federal, la chusma izquierdista nos impone a los demás su mundo bizarro.
Se trata de destruir a México. Sí, porque en vez de construir, destruyen lo poco bueno que hay. No dejan piedra sobre piedra. La ideología socialista es odio de clase. Son todos pasiones y complejos.
Jamás han construido algo bueno. Han sido parásitos estorbosos para México desde hace décadas. Se enquistaron en el PRI, en los sindicatos, en la educación y en las empresas públicas.
Maldita la hora en que el PRI los cooptó con subsidios y hartos fondos disque por equidad electoral. Y ahora que tienen el poder, como nunca trabajaron, no saben hacer nada.
*En vez de construir la sociedad desde la base, los socialistas la quieren ordenar desde arriba. *
Solo ellos saben y nunca se equivocan.
En vez de conciliar, atropellan. En vez de crear consensos, promueven la confrontación social. En vez de votantes libres y pensantes, prefieren clientes y subordinados.
En vez de razonar, descalifican. En vez de pensar, sueñan con imposibles. En vez de cumplir, prefieren mentir o inventar excusas para justificar sus fracasos.
En vez de crear empleos, prefieren regalar dinero ajeno.
En vez de generar ciudadanos que se valgan por ellos mismos, incrementan el número de personas dependientes del gobierno.
Andrés, en vez de premiar a Santiago Nieto por servicios prestados, lo obligó a renunciar. En vez de poner un abogado al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera, nombró a un economista.
Menos mal que Pablo Gómez (75 años) es bastante inteligente y honesto. Pero no debió aceptar ese puesto.
En vez de ver hacia el futuro, Andrés se enfoca en el pasado. En vez de premiar la innovación, prefiere el estancamiento.
En vez de nombrar a los mexicanos más competentes, nombra a incondicionales, dóciles o iguales de dogmáticos que él mismo.
En vez de promover la investigación científica, que bastante falta nos hace, cancela becas y persigue penalmente a los hombres de ciencia.
En vez de buscar energías limpias, prefiere seguir quemando carbón, diesel y combustóleo.
En vez de limpiar y modernizar la Comisión Federal de Electricidad, se la entrega a un bandido electoral de fama conocida.
En vez de nombrar gente joven, Andrés llena su gabinete de gente grande y en su mayor parte obsoleta.
En vez de transparentar su gobierno, todas las mañanas lo único que se transparenta es su sed de venganza y su odio contra cualquiera que sea económicamente independiente o próspero. Su encono enfermizo contra los empresarios es algo jamás imaginado.
En vez de impulsar la economía, recorta el gasto y reduce la inversión pública y privada. En vez de ampliar la clase media, está empobreciendo a todos por igual. En vez de ayudar a los pobres, favorece con contratos a unos cuantos consorcios ricos.
En vez de terminar el aeropuerto gigante, que estaba a medio camino, nuestro Presidente socialista ha preferido gastarse lo que faltaba en hacer otro distinto, que es de la quinta parte del tamaño que está a dos horas y media del centro de la Ciudad de México.
En vez de fortalecer a la sociedad civil, prefiere Andrés ensanchar la burocracia. En vez de auspiciar fundaciones, castiga a quienes hagan donaciones.
En vez de combatir el crimen organizado, le abre las puertas para que crezcan sus imperios. En vez de capturarlos, los apapacha. En vez de cuidar la frontera sur, fomenta cuellos de botella en la frontera norte.
En vez de aplicar la ley, prefiere soltar a los delincuentes. En vez de ser imparcial, se convierte en fiscal, juez y verdugo. En vez de generar un gobierno de instituciones, prefiere el gobierno de un solo hombre.
Son tantos y tantos los pasos en sentido contrario al deber ser, que entre más tiempo se mantenga en la silla presidencial, mayor será el daño al país.
Yo voto por la revocación. Se me hace tarde para mandarlo a su rancho, que tanto presume lo está esperando.