Yucatán

Mientras Julián Zacarías extorsiona cantineros, en Progreso faltan ambulancias

Spread the love

El cinismo y malos hábitos de los integrantes del Ayuntamiento de Progreso, que encabeza Julián Zacarías Kuri es inaudito.

Por publicaciones realizadas por diversos medios de comunicación, hemos podido enterarnos de todo un operativo implementado por el gobierno municipal, para el chantaje y la extorsión, en perjuicio de los cantineros de Progreso.

Resulta que inspectores del ayuntamiento porteño están visitando a propietarios de bares y cantinas, para exigir cantidades que varían, dependiendo del negocio, pero que pueden ascender hasta los tres mil pesos, para dejarlos trabajar en paz.

Cabe mencionar que la cantidad consignada la exigen, además de todo lo que los propietarios de bares y cantinas deben pagar a las autoridades de salud para poder obtener su licencia de funcionamiento. Es obvio suponer que el dinero recaudado por este concepto, jamás ingresará a las arcas municipales, e irá a parar a los bolsillos de funcionarios municipales.

El escándalo ya se ha vuelto de tales proporciones, que el vocero de los cantineros de Yucatán, ha hecho un llamado a las autoridades estatales y municipales, para poner fin al hostigamiento al que someten a sus agremiados, destacando que se pone en riesgo su funcionamiento y con ello, muchos empleos.

Se comenta en el propio gobierno municipal, que estas y muchas otras actividades de abierta ilegalidad están en manos de gente como Lino Magos, ex funcionario del gobierno Borgista de Quintana Roo, que debió venir a Yucatán para sustraerse de la acción de la justicia del vecino estado, de Emilio Caamal Gutiérrez, jefe de la policía municipal que también se pinta solo para cometer arbitrariedades, denunciado por elementos de la corporación a su cargo por acoso sexual y anteriormente por robo y Roberto Rihani Gasque, que al efecto ha creado una compleja red de empresas fantasma, para poder financiar las futuras aventuras políticas de Julián, que contra todo buen sentido, se dice aspira a la gubernatura, aunque más bien suponemos que su objetivo es obtener la nominación a diputado federal.

Mientras todo esto sucede y los cantineros progreseños son víctimas de las más burdas exacciones, en contraste, los habitantes de nuestra vecina ciudad y puerto, padecen la falta de ambulancias para atender emergencias y eventos en materia de salud.

Hemos podido averiguar que el municipio dispone de unicamente una ambulancia en estado plenamente operativo, en contradicción con las afirmaciones del alcalde que asegura poseer once unidades, lo que es evidentemente insuficiente para atender las eventualidades que pudieran suscitarse en una ciudad de más de setenta mil habitantes, en donde por lo mismo (la carencia de unidades equipadas y operativas), deben entrar al quite muchas veces, unidades de la Secretaría de Seguridad pública y de la Cruz Roja, pese a lo cual, los afectados deben en ocasiones tener que esperar hasta una hora para poder recibir el auxilio, situación que pone en riesgo no sólo su integridad, sino inclusive sus vidas.

Es claro que si el ayuntamiento dispusiera de once ambulancias, el tiempo de espera para los usuarios, sería por mucho, menor a una hora, que es el tiempo que los afectados deben aguardar para poder recibir los primeros auxilios.

Como colofón de todo este rosario de calamidades, hemos podido enterarnos que mientras en el ayuntamiento de Progreso hacen falta ambulancias y se extorsiona a los cantineros, el bueno de Julián se reventó una casa en lujosa zona residencial meridana, que le costó la friolera de 21 millones de pesos, gastando otros 19 millones en amueblarla, para un total de cuarenta millones de pesos, que todos nos preguntamos de donde salieron, porque con su sueldo de alcalde no le alcanza y todo mundo sabe en Progreso que antes de llegar a la alcaldía, no era más que un mantenido, muerto de hambre.

Nos preguntamos hasta cuando van a aguantar los progreseños las tropelías, abusos y excesos de Julián Zacarías Kuri y su gavilla de facinerosos, dedicados a darse vida de reyes, mientras los ciudadanos más humildes carecen de la atención y servicios públicos más indispensables y todavía deben soportar ser víctimas de las extorsiones y chantajes de esta percha de forajidos.

Seguimos pendientes…

Deja una respuesta