Ya lo habíamos advertido: Julián Zacarías no cambia, gallina que come huevo…

Ya se lo habíamos advertido a los Progreseños: Julián Zacarías no cambia. Las buenas intenciones son solo letra muerta, útiles nada más para los discursos, donde se quedan relegadas. Pero en la práctica, las cosas siguen igual o peor y no cambian. Gallina que come huevo, ni que le quemen el pico.

Expresamos nuestros recelos y sospechas de lo que sucedería con la policía turística y la policía ecológica, a las que se dotó recientemente de motocicletas: más tardamos en publicarlo, que los elementos de la corporación en darnos la razón.

Los elementos de la policía turística de inmediato se pusieron a molestar a los visitantes, especialmente a aquellos que encuentran en las inmediaciones del malecón y los de la policía ecológica, ya se pusieron a importunar a dueños de establecimientos. Lo advertimos a tiempo, siguen las consignas que les brindan de allegarse ganancias, de cualquier manera.

Ante esto, el titular de la corporación municipal Raúl Emilio Caamal Gutiérrez, mismo que cuenta con varias denuncias por actividades ilegales como amenazas, acoso sexual y despojo de propiedades, no sólo no toma medidas, sino que incrementa su actividad ilegal.

Julián Zacarías está más dedicado a pasear, dizque para gestionar recursos, inventando viajes por todos lados y a promover su imagen, tomándose fotos y pagando publicaciones en la prensa vendida, que a resolver los problemas que aquejan a su comunidad.

Prueba de ello, es que Julián se llena la boca diciendo que promueve el respeto a la diversidad sexual, pero esto no es cierto, toda vez que nos comentan que en privado se expresa de la manera más soez de los integrantes de la comunidad LGBTIQ, amén de que si así fuera, no estaría acusado, junto con su corporación municipal de seguridad, de tantas violaciones a los derechos humanos.

Los habitantes del municipio, siguen quejándose de la deficiente calidad de los servicios públicos, principalmente de la pésima calidad de las calles, de que hay colonias sin iluminación, del agua potable y recientemente en una vivienda de madera y cartón, ubicada al poniente de la ciudad, fueron los vecinos quienes tuvieron que darse a la tarea de apagar un incendio que se suscitó.

Mientras su pueblo pasa penurias, Julián se llena la boca presumiendo que promueve la cultura, realizando actividades en coordinación con otras instancias, para realzar el valor de las aportaciones hechas por los inmigrantes libaneses. Lo anterior, para fortalecer su ego, pues es descendiente de esa estirpe (sin que podamos culpar a la comunidad por este accidente) y en mérito de que los eventos respectivos, no le cuestan y si le sirven para pararse el cuello.

Julián en vez de tomarse fotos e intentar figurar promoviendo actividades intrascendentes para el desarrollo de su comunidad, mejor debiera explicar a los progreseños que planea hacer para suplir la falta de recursos, que el recorte al presupuesto del año siguiente traerá como consecuencia de los desatinos y dislates del gobierno federal y cuyos efectos se resentirán muy pronto.

Invitamos a nuestros lectores progreseños, para hacernos llegar sus quejas y denuncias a nuestra página en Facebook: NOTIREDMERIDA

Seguimos pendientes…