Opinión

¡Asesinos!

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Los acontecimientos recientemente acaecidos deben llevarnos a reflexionar: han entrado en pugna francamente el bien contra el mal. Lo interesante del asunto, es con que calidad participaremos: como simples espectadores, como testigos o como protagonistas.

Hay gente a la que el asunto no le interesa, por haber sido ya víctima de la prédica nefasta del lado oscuro (como en la guerra de las galaxias), que le ha hecho notar que oponerse es inútil, porque ser liberal es lo de moda y no se puede ir en contra de la corriente de los grandes intereses. Quienes decidan con su silencio o inacción dejar de hacer algo, ya han elegido su bando y estarán de lado del mal.

Hay personas que por sus condiciones de diversa índole, no podrán entrar en combate directamente, pero que podrán dar fe de los hechos y todavía más, podrán con su testimonio, validar la bondad o maldad de los sucesos. Ellos participarán en calidad de testigos y su participación no deja, ni dejará de ser valiosa y notable.

Por último, hay gente que pese a nuestras limitaciones y naturaleza imperfecta, hemos elegido combatir y luchar del lado de las filas de la luz y oponernos, aún a costa de nuestras vidas y de perder todas nuestras propiedades, a los designios impíos.

Y como dice la Biblia, en la lucha del bien contra el mal, se puede ser frío o caliente, pero no tibio, porque la mismas escrituras consignan que a los tibios, el mismo Dios los vomita.

Y quienes hemos elegido combatir en nombre de los valores y principios más sagrados de nuestra fe, de la Cristiandad, no podemos quedarnos callados, ni permanecer quietos. Debemos alzar la voz y sobre todo, debemos comprometernos y pasar a las vías de hecho. Debemos entrar en acción.

Previamente a la fecha, en la que de manera deplorable los ministros de la corte (así, con minúsculas) decidieron legalizar el asesinato de inocentes desde el vientre materno, NOTIREDMERIDA advirtió y alzó la voz. Más allá firmamos manifiestos dirigidos a ellos y habríamos participado en marchas o plantones que esperamos inútilmente que fueran convocados.

Y aquí es menester señalar que nos deprime, nos avergüenza y nos indigna el silencio cómplice guardado por nuestros pastores, el cardenal primado (así, con minúsculas) Carlos Aguiar Retes y el arzobispo de nuestra entidad (también con minúsculas) Gustavo Rodríguez Vega, que confundieron con faldas, las sotanas y callaron miserablemente.

Porque hablar a toro pasado, no tiene caso alguno. Toda vez que debieron haber puesto el grito en el cielo con anterioridad y llamar a los creyentes a ponerse en pie de lucha, a salir a la calle y hacer sentir a esos mentecatos que cobran en la corte, el rechazo que la inmensa y abrumadora mayoría de los mexicanos sentimos contra abominaciones como el matrimonio igualitario y contra crímenes incalificables como el aborto.

Pero no lo hicieron. Nuestros pastores callaron de manera inverecunda, convirtiéndose en espejo de la deleznable postura que desde el Vaticano mantiene un pontífice ilegítimo, electo no canónicamente y que se ha empeñado en demoler y denostar los valores y principios de nuestra fe, desde sus documentos inicuos como exhortaciones apostólicas y motus proprios. No podemos dejar de señalarlo: FRANCISCO ES CÓMPLICE ACTUANTE de estas iniquidades.

También callaron de modo vergonzante nuestras agrupaciones de laicos, distraídos en su egoísmo y en sus grillas, o incapaces de rebelarse contra sus patrocinadore$$$ que ya habían elegido por conveniencia guardar silencio. Esta vez el Frente Nacional Por la Familia en el ámbito nacional y la Red Pro Yucatán (incluyendo al mismo Frente en el ámbito local) también guardaron silencio. Unas cuantas voces de manera desorganizada y aislada, hasta con timidez, se limitaron a murmurar.

Mañana se discutirá en la corte otro asunto toral: la objeción de conciencia y es de esperar que el criterio genocida de los ministros prevalezca. Ya es momento de abandonar la pasividad y el silencio y pasar a la acción. Ya es momento de hacer sentir a los enemigos de la fe y la humanidad nuestro peso y nuestra fuerza, si no lo hacemos, estamos perdidos.

Si no lo hacemos, deberemos resignarnos a presenciar el baño de sangre, que esta demoniaca etapa de sacrificios humanos inaugurada en nuestro país, por MORENA y la cuarta transformación implica y de ello deberemos muy pronto afrontar las consecuencias y poco después, rendir cuentas a nuestro Amo y Señor.

Es pues, un imperativo oponerse también a MORENA y sus perversos proyectos. Hay que salir a las calles y rechazar en las urnas, todo cuanto esté impregnado del hediondo tufo del lopezobradorismo.

Los acontecimientos nos orillan a los creyentes, a la gente de bien, a dejar la inactividad y el silencio y pasar a las vías de acción. Es momento de que surjan en el horizonte nacional émulos de Miguel Palomar y Vizcarra o René Capistrán Garza. Esperamos desde el fondo del corazón que no sea preciso el surgimiento de otro Enrique Gorostieta y Velarde, pero estamos prestos a la lid si fuera requerido.

Pasamos como sociedad pues, a la etapa de la acción social y el activismo, de la lucha comprometida. Esta es una batalla que hay que dar por Dios, por la juventud y por la Patria. Estamos listos y seguimos pendientes.

Dios, Patria y Libertad

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