Los clasemedieros que cambiaron al mundo
La cultura del aspiracionismo ha llevado a otras naciones a consolidar su desarrollo. Asimismo, genera miles, o quizás millones de empleos en el planeta y una onda expansiva económica.
¿Qué tienen en común los siguientes nombres además de estar hoy día en los primeros lugares de la lista de las personas más ricas del mundo?: Jeff Bezos, Bill Gates, Elon Musk, Mark Zuckerberg; más el finado Steve Jobs.
Lo que tienen en común es que todos ellos son clasemedieros de origen, que gracias a sus condiciones “aspiracionistas” han cambiado al mundo desde finales del siglo pasado, y en todo lo que llevamos del actual.
Una revisión a sus biografías muestra que todos ellos tienen como origen la clase media estadounidense o incluso de otros países; son gente producto del “aspiracionismo” que se insertó en la sociedad mundial durante las dos últimas décadas del siglo pasado, y desde luego los primeros años de este.
Pero dicho “aspiracionismo” está lejos de ser individualista y ambicioso, sin que ello vaya en menoscabo de las fortunas que han amasado al aspirar a un mundo mejor, lo que en cierta forma han logrado.
Por supuesto, hablamos de una sociedad muy distinta a la mexicana. Sin embargo, estos “aspiracionistas” son el reflejo que su existencia impulsa a los países en los que se desenvuelven, generan bienestar económico traducido en miles de empleos, inversiones multimillonarias y grandes efectos expansivos de sus negocios ya que alrededor de los mismos se desarrollan y mueven muchas industrias y sectores más, junto a miles de empleos adicionales. Auténticas economías de escala que mucho quisiéramos en México.
Estos clasemedieros “aspiracionistas” han marcado al mundo, dejando claro que desde la “aspiración” de una clase social que no disfruta de los grandes privilegios de un multimillonario, y tampoco cuenta con las carencias de los más desprotegidos, han podido generar desarrollo y una vida mejor para sí mismos y para sus semejantes.
Jeff Bezos, clasemediero de Miami
Su madre es Jacklyn Gise quien se casó con Miguel Bezos, padre adoptivo de Jeff, de quien recibió el apellido. Este ingeniero en ciencias de la computación se graduó en 1986 en la Universidad de Princeton. De inmediato el entonces muy joven Bezos empezó a trabajar en diversas empresas de mediano prestigio.
Los Bezos se establecieron en Miami, Florida y cuando Jeff decidió iniciar su primer negocio fueron sus padres quienes le aportaron el capital inicial de 1.3 millones de dólares. Este negocio se instaló en el garage de una casa en Seattle; esa compañía de venta de libros se llamó Cadabra.com, nadie imaginaba que serían los cimientos del gigante que hoy tiene por nombre Amazon.
Todo lo demás es historia, lo que queda es que Jeff Bezos tuvo una infancia y adolescencia clasemediera, con aspiraciones de estar algún día “con los de arriba”; quizás nunca se imaginó que ser “aspiracionista” lo llevaría a encabezar esa lista de “los de arriba”, los más ricos del mundo.
Bill Gates, educación de calidad
Este multimillonario vivió su niñez y juventud en la ciudad de Seattle. Es hijo de un abogado y una profesora; si bien los ingresos familiares eran importantes por los trabajos de los jefes de familia, los Gates eran clasemedierons “aspiracionistas” que lograron darle al joven Bill una educación de alta calidad, tanto así que su encuentro con la computación data de aquellos años de estudiante. En 1975, el entonces estudiante de la universidad de Harvard fundó una compañía llamada Microsoft, una más en aquellos tiempos, con el paso de los años sería una de las marcas que cambió al mundo, junto a su fundador, quién aspiró a eso cuando joven.
Elon Musk, el “aspiracionista” visionario
Este multimillonario no es de aquí ni de allá, como él mismo dice. Es ciudadano de Sudáfrica, porque ahí nació, pero también tiene la ciudadanía estadounidense y canadiense. Sus orígenes clasemedieros en Sudáfrica se remontan a 1971 cuando nace. Su madre es una modelo canadiense llamada Maye Musk (apellido de casada) y su padre un ingeniero sudafricano en electrónica, Erroll Musk.
Estudió economía y física en la Universidad de Pensilvania, ya fuera de la universidad trabajó en varias empresas y estuvo inmiscuido en diversos proyectos, pero sus actitudes “aspiracionistas” no le dejaban terminar ninguno de ellos. El éxito llego con X.com, a la postre lo que hoy se conoce como PayPal. También ya sabemos la historia de un clasemediero visionario que en los años recientes ha dejado claro que sus límites no están en el planeta, sino incluso más allá.
Mark Zuckerberg, el prototipo de la clase media
Si alguien es el prototipo del clasemediero “aspiracionista” del Siglo XXI, ese es Mark Zuckerberg, un auténtico representante de la clase media estadounidense que, a base de esfuerzo, visión, trabajo, inteligencia, y por qué no, un poco de suerte, llegó a las altas esferas sociales por la acumulación de riqueza que logró en sus aspiraciones de evolución social.
Tiene apenas 37 años de edad y es la persona más joven en la lista de los más acaudalados del planeta. Es hijo de un psiquiatra y de una dentista, nació en Nueva York y ahí mismo transcurrió su infancia y adolescencia. A inicios de este siglo Zuckerberg ni siquiera había ingresado a la universidad, entró en el año 2003 a Harvard. En 2004 fundó Facebook, sin imaginarse en lo que se convertiría años después. Hoy el mundo no sería lo que es sin un “aspiracionista” que pensó que en “conectar” a todo el mundo. Y lo logró.
Steve Jobs; el referente del “aspiracionismo”
El finado Steve Jobs es a todas luces el referente del “aspiracionismo” en el mundo; no hay nadie que pueda arrebatarle este sitio y quizás el que más se le pueda acercar es Bill Gates.
Pero Jobs fue durante su vida y aún después de finado, la prueba contundente de que los orígenes no tienen nada que ver con la sed de triunfo y de trascender. Los padres biológicos de Jobs lo entregaron en adopción a una clásica pareja estadounidense clasemediera, Paul Jobs y Clara Hagopian, quienes lo educaron con muchos esfuerzos, el padre adoptivo fue maquinista de ferrocarriles y su madre era ama de casa, más clase media no podía ser.
Su historia corporativa empieza en 1976 cuando funda Apple junto con su amigo Steve Wozniak; es de sobra conocido que la primera oficina de Apple y sede central de la compañía fue nada más y nada menos que el garage de la casa de Jobs.
La muerte cortó esta historia en el año 2011, pero ya habían pasado los años suficientes para que la leyenda perdurara, la de Jobs, el chico de padres adoptivos cuyo “aspiracionismo” también cambió al mundo para siempre.
La cultura del “aspiracionismo” debería ser la constante en las sociedades, sobre todo en una sociedad como la nuestra, a la que tanta falta le hace. Pensar o decir sin comprobar que los aspiracionistas son individualistas que buscan a toda costa el éxito para ubicarse arriba en la escala social, sin valores morales, es no entender que este tipo de personas son las que impulsan el desarrollo económico y las auténticas transformaciones en la sociedad. Y que, todo lo contrario, por regla general los mueve el deseo de trascender para beneficio de los suyos y de la sociedad en la que se desenvuelven.