¡NO AL REGRESO A CLASES PRESENCIALES!

Para nadie es ninguna novedad, ni un secreto que el país lo gobierna un demente. Es un hecho que Andrés Manuel López Obrador no está en plena posesión de sus facultades mentales, tan es así, que su perfil psiquiátrico es información clasificada.

Pero el desequilibrio mental del presidente no puede ocultarse apenas abre la boca, porque sus palabras dejan traslucir lo dañado de su mente y apenas pronuncia unas palabras, podemos advertir sus traumas, complejos y obsesiones.

Ya todos los mexicanos (por lo menos la parte pensante), sabemos que López Obrador no está bien de la cabeza y lo constatamos, desde que tuvo la luminosa idea de sugerir que en breve, podrían reanudarse de manera presencial, las actividades escolares.

Volver a clases es una verdadera estupidez (iba a decir una pendejada, pero no lo voy a decir, porque suena muy fuerte, aunque no dejo de pensarlo): para empezar, la pandemia no cede, los contagios van en ascenso luego de las vacaciones de Semana Santa en las que se perdieron todo tipo de precauciones, el número de personas fallecidas no deja de aumentar (218 mil y contando, al menos de manera oficial, porque en la realidad, son al menos, tres veces más) y para colmo, no sólo no está probada la eficacia de las vacunas (ya tenemos noticias de que las de Aztra Zeneca provocan trombosis y las de Pfizer, miocarditis y pericarditis), sino que además ni siquiera se tiene abasto suficiente, ni se cuenta con recursos suficientes para comprar las necesarias para vacunar maestros, personal administrativo y manual, alumnos y padres de familia. Como puede colegirse, en semejante orden de ideas, regresar a clases, es una verdadera idiotez.

Consideremos además de todo lo anteriormente consignado, que la disposición de los espacios educativos no es la más idónea para garantizar la seguridad de maestros, alumnos, personal administrativo y manual (sin contar a los padres de familia, a los que también habría que contabilizar) y preguntémonos que es lo que pretende la mente retorcida y enferma de López Obrador al decretar por sus pistolas, el retorno a clases.

Tenemos ya el antecedente de lo sucedido en Campeche, donde de manera por demás precipitada y sin precaución, se dispuso reanudar labores docentes y donde se han visto en la necesidad de cerrar escuelas al detectar brotes de COVID-19.

Usted apreciado lector, que es padre o madre de familia, o director, coordinador, secretaria o intendente de alguna entidad educativa, está dispuesto a arriesgar su existencia, la de sus seres queridos (por los contagios) o poner en peligro la vida de sus alumnos, por hacer caso de las indicaciones de un imbécil, que ni cubrebocas es capaz de utilizar, para proteger su salud o la del prójimo?

Llamo a la sensatez del pueblo yucateco y de las autoridades educativas, a la sensatez del gobierno del estado y de su titular, para ignorar o francamente desobedecer, tan demenciales disposiciones.

Llamo a la sensatez de los maestros y de sus sindicatos y agrupaciones, para rebelarse y no acatar semejante tontería, que pone en riesgo la salud y las vidas de sus agremiados y sus familias.

Llamo a la sensatez de los padres de familia y sus agrupaciones, para ignorar tamaña imbecilidad y tomar las calles y hacer sentir en redes sociales nuestro rechazo y nuestro repudio a una medida, para la que es evidente que NO ESTAMOS PREPARADOS, NI EXISTEN LAS CONDICIONES en la actualidad para llevar a cabo.

A usted padre o madre de familia, ¿ganas de que le darían si su hijo se contagiara en la escuela o si muriese a consecuencia del coronavirus adquirido en un plantel escolar?.

A ustedes esposos, esposas o hijos, ¿ganas de que les darían su sus cónyuges o padres se contagiaran o murieran a causa del coronavirus, por volver a clases?

¿Viviría usted tranquilo (a) por la salud de su hijo o cónyuge, sabiendo día con día que puede contagiarse de covid-19, toda vez que no existen condiciones de seguridad para evitar los contagios y a sabiendas que muchas personas irresponsables consideran las escuelas como guarderías y envían a sus hijos a clases, a pesar de presentar síntomas evidentes de estar enfermos?

¿Estaría usted tranquilo por la salud o integridad de sus familiares (padres, hijos, cónyuges) pensando día con día que los pudiera contagiar en la escuela un asintomático; y derivado de ello, enfermar gravemente o morir?

Los yucatecos debemos demostrar que si el presidente de la república es un desequilibrado mental, un idiota, un demente, un desquiciado, nosotros no lo somos.

Exigimos al gobierno del estado, no poner en riesgo la salud, ni la vida de miles de maestros, trabajadores administrativos, manuales, alumnos y padres de familia.

Que los chairos, los lamesuelas y arrastrados rindan pleitesía a la estupidez y a la locura. Que se sepa bien claro que nosotros no estamos dispuestos a arriesgar la vida de nuestros seres queridos. ¡NO AL REGRESO A CLASES PRESENCIALES!

Seguimos pendientes…