Los debates y la elección por Mérida

Los debates son por definición, oportunidad para contrastar ideas y para confrontar la personalidad e ideas de cada uno de los candidatos de los distintos partidos registrados para la contienda electoral.

Por lo mismo, los debates rara vez suelen ser tersos. En ocasiones, pueden tensarse y tornarse ríspidos y sacar a relucir lo mejor o lo peor de la personalidad de cada uno de los aspirantes.

Por poner en relieve tales características, los debates pueden constituirse en una muy valiosa herramienta, que oriente el sentido del voto de la ciudadanía, contribuyendo a una adecuada toma de decisiones.

No podemos dejar de mencionar, que en ocasiones, el destino del sufragio está decidido con anterioridad y los debates, sea cual sea su resultado, no inciden en el saldo final de la jornada electoral. Prueba de ello, son los que se realizaron en la elección presidencial de 2018, donde a pesar de quedar manifiestas las limitaciones de bagaje intelectual, cultural y político del actual primer mandatario, el electorado, lo respaldó. Es menester precisar, que el voto de los mexicanos por múltiples razones, no fue fruto de la razón.

Pero cuando hablamos de un voto reflexivo y razonado, subrayamos, los debates pueden constituirse en un muy útil auxiliar para la correcta toma de decisiones.

Por tanto, los debates que puedan sobrevenir, pueden ser fundamentales para el rumbo de la elección en nuestra ciudad, pues se sabe que el pueblo meridano, es una entidad sumamente politizada, bien informada y participativa.

En mérito de lo anterior, podemos anticipar una muy cerrada contienda, toda vez que la mayoría de los participantes, son poseedores del don de la elocuencia en sus palabras.

El candidato blanquiazul, Renán Barrera Concha, al que podríamos llamar el campeón defensor, por ser su partido quien detenta la titularidad del gobierno municipal, es un hombre que cuando fungió como legislador, destacó por la calidad de sus intervenciones en tribuna, particularmente por el fino uso de la ironía en el discurso.

El más fuerte contendiente y principal adversario de la hegemonía panista, es el candidato del Partido Revolucionario Institucional y del Partido de la Revolución Democrática, Jorge Carlos Ramírez Marín, hombre con vasta experiencia en las lides legislativas y al que podemos calificar como el tribuno por excelencia. Ramírez Marín es un orador fino, culto y punzante. Su única debilidad, no achacable a él, es el número de conflictos que prevalecen al interior de su partido y que proporcionan una desacreditada imagen del priismo en el ánimo popular, cosa que pudiera repercutir en su perjuicio, pero que de no acontecer, pudiera significar una victoria clamorosa.

Pero el candidato de Movimiento Ciudadano, Víctor Cervera Hernández no está manco. A su favor juega la magia de su apellido, además de que es agradable y no habla mal, ni carece de certeza en el análisis. Víctor no será un flan fácil de vencer para nadie y en cambio, tendrá oportunidad de darle duro a sus contrincantes, porque habilidad no le falta. En contra tiene paradójicamente también su apellido y ser parte de un partido al que pudiera catalogarse como emergente.

Por su parte, la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional, Verónica Camino Farjat pese a carecer de las tablas y buenas prendas de sus ya mencionados contendientes, no tiene mala oratoria y tampoco será presa fácil de vencer. Empero, en contra de la abanderada de MORENA jugará el malestar generado en su partido por su designación, no aceptada como legal por muchos.

De los demás aspirantes, no hablamos porque constituye una pérdida de tiempo, dedicar atención a abanderados de partidos paleros, sin estructura, ni capacidad financiera y que por tanto, carecen por completo de oportunidad de ganar la contienda.

Estaremos atentos a cualquier situación que acontezca en los debates, que sin duda contribuirán a enriquecer el tono de una contienda a la que podríamos calificar como histórica para el destino de nuestra ciudad.

No olvidemos que ser apabullado o vencer en toda la línea puede representar la diferencia entre el triunfo o la derrota en la contienda, que para esta ocasión, se antoja puede ser sumamente cerrada.

Seguimos pendientes…