Movimiento Ciudadano Yucatán realiza el conversatorio Responsabilidad Afectiva vs. violencia en las relaciones interpersonales
Necesitamos reforzar la educación y el conocimiento de las emociones y relaciones humanas. Para erradicar la violencia, la construcción de relaciones de respeto y tolerancia entre quienes integramos nuestra sociedad no solo es básico, sino vital, afirmó Vida Gómez Herrera, coordinadora estatal de Movimiento Ciudadano.
En el marco de las actividades del mes de febrero, “Mes del Amor Diverso y la amistad sincera”, la Secretaría de Derechos Humanos e Inclusión Social de Movimiento Ciudadano Yucatán organizó el conversatorio virtual “Responsabilidad Afectiva vs. violencia en las relaciones interpersonales”.
Durante el foro, al que se convocó por redes sociales, destacados activistas y profesionales de la psicología profundizaron en las causas y efectos de las conductas violentas en el día a día de las relaciones, lo que a veces no es perceptible en primera instancia.
“La responsabilidad afectiva es un concepto que aplica para todas nuestras relaciones. Desde las familiares, laborales, de amistad, pareja pero también con uno mismo. Cuando somos conscientes de nuestro sentir, de nuestras emociones, podemos involucrarnos en un proceso que nos lleve a ser responsables afectivamente” manifestó la psicóloga y master en psicología clínica Kelly Ramírez Alpuche.
“La responsabilidad afectiva va de la mano con el amor propio, primero tenemos que trabajar en nuestra persona, para reconocer lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Con base en eso, poder detectar si estamos siendo violentas de manera psicológica, verbal, emocional o física con alguien. A partir de la aceptación o reconocimiento es que podemos ponernos en movimiento y actuar en consecuencia para deconstruirnos”, acotó.
“A los hombres, nos han enseñado desde niños a guardar nuestros sentimientos, a ser fríos e incluso burlarnos de nuestros compañeros que expresan el llanto. Prácticamente nos han enseñado que los hombres solo tenemos derecho a enojarnos y no es así. Nos han educado a creer que la violencia es solo física y a no ver a las mujeres como iguales, lo que es una falta de respeto. Por eso en la adolescencia y edad adulta vienen las repercusiones, pero si queremos, podemos romper con esta forma equivocada de ver las cosas”, expresó el Dr. Javier Francisco Mendoza Farías, psicólogo con máster en psicología aplicada en el área del deporte y doctorado en Ciencias Sociales.
Rosa Elena Cruz Pech, historiadora en formación, activista y fundadora de la agrupación “UADY sin Acoso”, expuso: “Hay que comprender que no todas las personas van a reconocer que han ejercido violencia y muchas otras pedirán perdón para enmendar sus actos u omisiones que nos han lastimado, pero está también en aquella persona entender que no es obligación de a quien ha herido, perdonar. Muchas veces el perdón no se dice, solo se siente y es cuando la persona que ha sufrido la violencia lo desee otogar”.
“Detectar el círculo vicioso del perdón es sencillo, aceptarlo no tanto. Es aquella situación en donde la persona agresora lastima y después de ello pide perdón, seguida de la llamada “luna de miel” en las relaciones de pareja en donde pareciera que todo se ha arreglado, para caer de nueva cuenta en una agresión. Dicho comportamiento es más común de lo que se cree y, lamentablemente, se ha normalizado debido a las ideas muy arraigadas de lo que es el amor”, afirmó.
Agregó que la responsabilidad afectiva es aplicable también en el ámbito laboral o institucional, pues no hay que normalizar las violencias que se viven en los centros de trabajo, en especial cuando es por jerarquías de cargos mayores a otros de menor rango.
“Si en tu centro de trabajo no cuentan con las herramientas para solucionarlo, es importante contar con una red de apoyo o, en su caso, decidir qué es lo mejor para ti, incluso dejar de estar en ese espacio por salud integral”, dijo.
Andrea Tamayo Cáceres, secretaria de Derechos Humanos e Inclusión Social de MC, agradeció a los ponentes y a todos los participantes, pues gracias a todos “se cumplió con el objetivo: poner sobre la mesa que la violencia va más allá de lo físico y que las acciones y omisiones que tenemos como personas repercuten en quienes nos rodean. Construir una sociedad con valores como el respeto y la empatía es tarea de todas y todos los ciudadanos”.
Por último, la coordinadora estatal Vida Gómez Herrera expresó su agradecimiento hacia los ponentes y participantes, y señaló la importancia de que la sociedad civil se involucre para construir políticas públicas que beneficien a la ciudadanía y hagan crecer a nuestra sociedad para bien.