El Toro Valenzuela cumple 60 años
Fernando Valenzuela cumple 60 años, nada más y nada menos que al final de la misma semana en que los Los Ángeles Dodgers ganaron su primera Serie Mundial desde 1988, cuando el maravilloso «Toro» mexicano comenzó a cerrar un espectacular primer ciclo con el conjunto californiano.
«Es un gran regalo, no se puede pedir más», dijo Valenzuela a ESPN Digital sobre el triunfo de los Dodgers sobre los Tampa Bay Rays en la Serie Mundial del 2020, que concluyó el martes en el Globe Life Field de Arlington, Texas.
«Es algo muy bonito que ocurriera muy cerca de mi cumpleaños. Me siento bien contento», dijo Valenzuela, quien ha sido parte de los últimos tres campeonatos de los Dodgers (como jugador en 1981 y 1988 y ahora como comentarista de radio y televisión).
«Es algo que necesitaba la organización, la ciudad, la gente. Que bueno que finalmente ocurrió», agregó el miembro del Salón de la Fama del Béisbol Latino, del Salón de la Fama del Béisbol en México y el mejor mexicano libra por libra que ha pisado un diamante de las Ligas Mayores.
Valenzuela jugó con los Dodgers por los primeros 11 años de una carrera que comprendió 17 temporadas, entre 1980 y 1997, y otros cinco clubes (Los Ángeles Angels, Baltimore Orioles, Philadephia Phillies, San Diego Padres y St. Louis Cardinals). Ganó 173 partidos, tuvo efectividad de 3.54, asistió a seis Juegos de Estrellas (siendo el pitcher abridor en el primero) y logró un No-Hitter en 1990.
La temporada de novato de Valenzuela, en 1981, es una de las más memorables de todos los tiempos para el béisbol estadounidense.
Valenzuela, quien debutó a los 19 años de edad en las últimas dos semanas del torneo de 1980, cuando los Dodgers perdieron la División Oeste por un juego ante los Houston Astros, ganó lanzado la ruta completa en sus primeras ocho salidas de su primera temporada completa. El zurdo tuvo marca de 8-0, cinco blanqueadas, efectividad de 0.50, 68 ponches y 17 boletos gratis en 72.0 entradas), lo que desató un furor en California y el resto de la nación que fue bautizado como «Fernandomanía».
Una huelga de peloteros (entre el 12 de junio y el 10 de agosto) le quitó la oportunidad para acumular números más voluminosos, pero para nada le restó espectacularidad a uno de los debuts más sobresalientes de todos los tiempos.
«El Toro» tuvo récord de 13-7 y lideró la Liga Nacional con 25 salidas, 11 juegos completos, ocho blanqueadas, 180 ponches y 192.1 entradas; ganó los premios Cy Young y Novato del Año (hasta ahora el único pitcher que consiguió ambos premios el mismo año) y ayudó a los Dodgers a vencer a sus odiados rivales New York Yankees en la Serie Mundial.
En el juego tres del clásico de otoño, Valenzuela laboró juego completo para derrotar a Dave Righetti, evitar que Los Ángeles cayera a 0-3 y marcar la ruta al quinto cetro de la franquicia y el cuarto desde que se mudó de Brooklyn, Nueva York, a California en 1957.
«Lo que hizo Fernando en 1981 fue algo grandioso, no solamente por sus números, sino porque abrió las puertas del béisbol en muchos lugares donde antes no era tan popular, incluyendo México. El deporte del béisbol era una cosa y ha sido otra desde el debut de Valenzuela», dijo el narrador ecuatoriano de los Dodgers, Jaime Jarrín, un miembro del Salón de la Fama de Cooperstown.
«Valenzuela fue más que un pelotero en 1981. La gente tenía hasta escapularios con su foto. Fue algo que sobrepasó el fanatismo conocido hasta entonces», dijo Jarrín.
Entre 1981 y 1987, Valenzuela fue uno de los mejores lanzadores del planeta, liderando las Grandes Ligas en ponches (1,448) y blanqueadas (27) y terminando segundo en triunfos (111) y #18 en promedio de carreras limpias (3.11).
El estelar lanzador mexicano conversó rememora su hazaña del 29 de junio de 1990.
El exceso de trabajo (laboró más de 250 entradas cada año, excepto en la temporada recortada por la huelga, en la que de todos modos fue el líder de innings) le pasó factura a Valenzuela en 1988, cuando las molestias lo limitaron a 142 entradas y lo condenaron a no poder colaborar en la corona que Los Ángeles ganó a los Oakland Athletics en la Serie Mundial.
Valenzuela realizó 64 aperturas con los Dodgers entre 1989 y 1990, pero luego lo dejaron marchar. Regresó a la organización seis años después del retiro, en el 2003, como comentarista y asesor especial, labores en las que está cerca de cumplir dos décadas.
«Tengo más tiempo con los Dodgers siendo comentarista que el que tuve como lanzador», dijo Valenzuela, quien tiene seis temporadas haciendo los partidos de televisión en español, luego de haber hecho radio casi de forma exclusiva.
Guillermo Celis analiza las posibilidades de los peloteros aztecas de ingresar al recinto de Cooperstown.
Para quebrar la sequía de casi 32 años sin un título, los Dodgers recibieron una gran contribución de otros dos pitchers zurdos mexicanos, Víctor González y Julio Urías.
El último estuvo casi perfecto a lo largo de toda la postemporada (4-0, 1.17 de efectividad en 23.0 entradas y un salvamento de siete outs para cerrar el clásico de otoño) y prender un furor que muchos comenzaron a identifican como «Juliomanía», en referencia directa a la «Fernandomanía» que provocó Valenzuela hace casi cuarenta años.
«Me siento muy feliz y orgulloso de la forma en que contribuyeron Julio y Víctor. Ambos hicieron un tremendo trabajo», dijo Valenzuela.
Sobre Urías, quien ha estado con los Dodgers desde el 2012, cuando tenía 16 años de edad, Valenzuela piensa que la diferencia de sus resultados tiene más que ver con la confianza del equipo que con las herramientas del lanzador.
En partes de cinco temporadas con los Dodgers, Urías solamente ha trabajado 239 entradas. En las últimas dos rondas de la pasada postemporada abrió y relevó, cerrando con trabajo largos el séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional y el sexto de la Serie Mundial.
«Lo han llevado poco a poco, pero ahora le dieron más oportunidades. Pienso que no era suficiente con los 60 o 70 lanzamientos que le permitían hacer anteriormente. Tiene el talento y las facultades para tener una gran carrera. Le deseo mucha suerte», dijo Valenzuela.