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¿A QUE VUELVE IVONNE ORTEGA?

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El periodo de gobierno de Ivonne Ortega en Yucatán fue por decir lo menos, controversial. Ivonne llegó a la titularidad del ejecutivo estatal muy joven y sin equipo político propio. De manera natural, cometió los errores que eran de esperarse y algunos otros más.

Dicen algunas voces que desde el DIF brindó grandes apoyos sociales. En contraste, autorizó pensiones de dudosa legalidad, dejó inconclusos hospitales, despilfarró dinero en espectáculos multitudinarios de nulo valor artístico y social, nos endilgó un museo carísimo que continuamos pagando y dicen los que saben, que desde que aprendió a hablar el idioma de las casas, se apropió de una cantidad inconmensurable de terrenos por el rumbo de su natal Dzemul y Telchac, por si o por interpósita persona.

Ivonne Ortega ha sido alcaldesa de su pueblo natal, diputada local, federal, senadora y gobernadora de nuestra entidad, en todos los casos, cobijada por los colores del PRI. A raíz de una clamorosa derrota, que de manera apabullante le brindara rumbo a la dirigencia nacional del tricolor, su homólogo, el ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, Ortega Pacheco tomó la decisión de abandonar su partido de origen, en un acto que puede ser catalogado más como rabieta o berrinche, esperable de alguien con su personalidad y temperamento.

Los cerveristas de viejo cuño son los primeros en decir que el viejo caudillo, consciente de la personalidad de su sobrina y sus manifiestas carencias, fue el primero en mantenerla lejos de los puestos de mando. Empero, con la desaparición física de Cervera, Ivonne se apresuró a usufructuar a su favor un legado inexistente.

Olvidando por completo el discurso con el que por años fustigó a sus opositores, Ivonne Ortega se adhirió a Movimiento Ciudadano, un partido político de quinta, presidido por otro ex priista, Dante Delgado, en lo que se interpreta como un amago de vendetta de la ex gobernadora contra el tricolor.

De manera inaudita, Ortega Pacheco que siempre se movió en torno del corporativismo priista y la cultura de la línea, típica del viejo PRI, empezó a hablar de ciudadanía, iniciativas, democracia y una serie de conceptos que sin duda solo ha de conocer por haberlos leído en los libros, concediendo que su paso por las aulas haya sido real, toda vez que muchas personas que la conocen de cerca, afirman que sí acaso terminó la secundaria y que los títulos académicos que ostenta, los obtuvo al amparo del poder.

Muchos nos preguntamos a que vuelve Ivonne Ortega Pacheco, en un partido distinto al que conoció y le dio todo y que es lo que persigue, toda vez que ha recorrido la escalera del poder hasta donde le ha sido posible; y si no ha llegado a la cúspide, es porque su figura, personalidad y temperamento no dan para más, siendo evidentes sus limitaciones.

Lo que resulta indudable, es que la presencia de Ivonne Ortega marcará un nuevo rumbo en el quehacer político de Movimiento Ciudadano en nuestra entidad, pues su perfil es diametralmente opuesto al de las dos más destacadas figuras del partido naranja en Yucatán: Silvia López Escoffié y Milagros Romero Bastarrachea.

López y Romero son dos tránsfugas del panismo, que a cambio de prebendas no han vacilado en arrodillarse ante el gobernador, Mauricio Vila Dosal, de extracción panista.

La personalidad y el perfil populachero y populista de Ortega Pacheco, hacen avizorar que el pacto de colaboración entre Movimiento Ciudadano y el PAN puede estar llegando a su fin.

Es de suponerse que Ortega Pacheco con el oportunismo que la caracteriza arrebate a la dupla López-Romero, la bandera que a la fecha han ostentado y defendido como la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo e incluso vaya todavía más lejos, pugnando por legalizar el aborto (presupuesto que abandera su nuevo partido). Al respecto, es menester recordar que Ivonne Ortega acostumbra utilizar a la gente y desentenderse posteriormente de ella, digan si no es cierto, los integrantes de la comunidad gay de nuestra entidad, de quienes se valió Ivonne como bandera de campaña, para arrumbar de modo ulterior, con el más evidente desprecio, en el abandono total.

Es inconcebible para muchos, vislumbrar a Ivonne Ortega de rodillas ante Mauricio Vila, a semejanza de sus cofrades actuales. El gobernador debiera prever ese escenario y considerar que Movimiento Ciudadano pudiera volverse tan molesto como un dolor de muelas. Tal vez por este motivo, para los comicios en ciernes, no se regaló como anteriormente ningún distrito a los del tono naranja.

Si lo que Ivonne Ortega pretende es cobrar venganza del PRI y afectarlo electoralmente, difícilmente su labor sea exitosa. Al perder el control partidista, sus ex colaboradores, que rayaron muchos en la soberbia y prepotencia, difícilmente encuentren eco en la militancia tricolor.

Asimismo, será interesante ver cómo se traduce en hechos, la alianza que Ivonne ha concertado con Ana Rosa Payán Cervera, en contra de Silvia López Escoffié y compañía, con la que Payán Cervera ha casado pleito por cuestiones del corazón y que se da por descontado, se reflejará a favor de la ex gobernadora, con quien ya anteriormente Ana Rosa se alianzó para perjudicar al PAN.

Es bola cantada que Ivonne Ortega recibirá una diputación plurinominal de la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano a cambio de sus servicios. Dudamos que le alcance para llegar, pero sin importar esto, será interesante saber que la hizo variar de opinión en relación a los plurinominales, figuras que pugnaba por desaparecer hasta hace poco, en su fallida campaña por la presidencia nacional del PRI.

Contradictoria, berrinchuda, vengativa, temperamental, soberbia, Ivonne Ortega no se resigna a entender que accedió a la primera magistratura estatal en mérito de una coyuntura y no por sus virtudes y mucho menos es capaz de resignarse a vivir sin la luz de los reflectores que tanto ama y más caro paga.

No impactará la llegada de Ivonne Ortega Pacheco a Movimiento Ciudadano a favor de la democracia, ni de una sociedad más consciente, participativa y democrática en Yucatán. Se trata de un evidente deseo de venganza y de perjudicar a quienes ella cree que le jugaron chueco. Triste ceguera que aqueja a quienes no saben resignarse a la carencia del poder.

Seguimos pendientes…

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