El letargo debido al COVID acecha a la Asamblea General de la ONU
Por Stefano Gennarini, J.D. |
NUEVA YORK, 24 de septiembre (C-Fam) Por primera vez desde la fundación de las Naciones Unidas en 1945, los líderes mundiales no vinieron a Nueva York para el inicio de la nueva sesión de la Asamblea General.
Los líderes mundiales prometieron su continuar su apoyo y elogiaron la permanente importancia de la organización internacional en los mensajes de video pre-grabados con motivo de la celebración del 75º aniversario de las Naciones Unidas esta semana. Pero los pasillos vacíos de la sede de la ONU contaban una historia diferente.
La maquinaria diplomática mundial se ha detenido en seco debido a la pandemia del coronavirus. Y la pandemia está obligando a revisar las alianzas internacionales y las esferas de influencia, aumentando las apuestas en las conversaciones diplomáticas internacionales, incluso en temas como el aborto.
El incierto resultado de las inminentes elecciones estadounidenses agravan la tensión de la causa pro-vida.
En su mensaje de video, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, prometió continuar defendiendo a los no nacidos, como lo hizo en su discurso de la ONU el año pasado. Su reelección probablemente garantizaría la continuidad y expansión de la diplomacia pro-vida de Estados Unidos. Pero un cambio de gobierno daría lugar a una marcha atrás drástica en todos sus esfuerzos pro-vida a nivel internacional.
A pesar de la oposición de Estados Unidos, la maquinaria de la ONU insiste en promover el aborto, que va dependiendo de una, cada vez menor, supervisión de sus estados miembro. La reducción de la transparencia y la falta de rendición de cuentas durante el cierre de la ONU fueron explotadas para promover el aborto.
Desde el comienzo de la pandemia, la burocracia de la ONU, encabezada por su Secretario General, Antonio Guterres y el Director General de la organización mundial de la salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha promovido sistemáticamente el aborto como un servicio de salud esencial.
Sólo los funcionarios de la administración Trump se han opuesto abierta y sistemáticamente a esto. Incluso los países que se llaman a sí mismos pro-vida – Brasil, Polonia y Hungría – se han mantenido al margen y han visto cómo el sistema de la ONU promueve el aborto.
Esto puede significar más problemas en aproximadamente una docena de resoluciones de la Asamblea General que plantean preocupaciones pro-vida durante las próximas negociaciones.
La Unión Europea, que favorece mantener el aborto en la política de la ONU, ha superado repetidamente los esfuerzos diplomáticos pro-vida de Estados Unidos.
En una votación reciente en la Asamblea General de la ONU, la Unión Europea contó con más de 120 países de su lado. Todos votaron en contra de un intento de Estados Unidos de excluir el aborto de una resolución sobre la respuesta al coronavirus de la ONU. Lo mejor que Estados Unidos pudo conseguir fue que 30 países se abstuvieran de votar.
Y el cierre de la sede de la ONU ha dificultado aún más los esfuerzos diplomáticos pro-vida de Estados Unidos.
Al igual que otras empresas y oficinas gubernamentales, el coronavirus ha impuesto una especie de letargo. Los diplomáticos no se reúnen a diario. Las negociaciones se han reducido al mínimo y se llevan a cabo virtualmente.
La labor diplomática de la Asamblea General en las próximas semanas ya se ha visto gravemente afectada. Los diplomáticos ni siquiera han comenzado a hablar sobre las resoluciones que adoptarán este año. El año pasado por estas fechas se habían distribuido los borradores iniciales a las delegaciones.
Todo esto puede resultar en la agudización de las alineaciones diplomáticas preexistentes, especialmente porque muchos países pueden esperar el resultado de las elecciones estadounidenses. Si Trump es reelegido, será más fácil para los países separarse de la esfera de influencia de la UE. Si no es reelegido, el Departamento de Estado de Estados Unidos se alineará con la Unión Europea y apoyará el aborto en la política de la ONU.