Desquiciada, Cecilia Patrón pierde la razón y agravia al alcalde
Cecilia Patrón ha extraviado la razón por completo: olvidando su carácter de presidenta del comité municipal del PAN meridano, se vistió de azul y se hizo fotografiar en Palacio Municipal, sin valor para decir con todas las letras, lo que pretende insinuar: que va por la alcaldía.
La menor de los hermanos de la dinastía Patrón Laviada extravió todo resto de cordura y se quitó la máscara: atrás quedaron las protestas de amor y fidelidad al panismo, lejos quedaron los discursos aludiendo la generosidad y la búsqueda del bien común; Cecilia se soltó el chongo y demostró que todo le importa un pitó, que lo único que rige su conducta y su proceder, son (lo hemos dicho hasta el cansancio) su desmedida ambición, su desmesurada codicia y su incontenible hambre de poder.
Enloquecida de desesperación porque los tiempos electorales se le vienen encima y nadie la pela, recurrió en su torpeza, al mismo medio que la deslindó de toda aspiración rumbo a la alcaldía, merced a la mediocridad de su reportero y que a cambio de una monedas, accedió a dejarse enmendar la plana y retratarla, usando un vestido azul (diablo con vestido azul, como la canción de la época rocanrolera) en pleno palacio municipal, lo que constituye una bravuconada innecesaria (muy al estilo matalote), toda vez que el alcalde en funciones, es emanado de su mismo partido.
En su absurdo afán por figurar, Cecilia perdió por completo la cortesía institucional y se dejó ver haciendo labores de bacheo, infiriendo una bofetada innecesaria y una ofensa indebida y sin sentido, a un correligionario. Lo peor, es que en su mediocre discurrir político, la eternamente ausente presidenta del comité municipal del PAN meridano, no pudo discernir que deja en entredicho la labor del alcalde, que es de su mismo partido, sino que mancha el logotipo y marca del panismo. Por supuesto, esto a la menor de los Patrón Laviada, le importa un bledo, con tal de salirse con su gusto.
Y no es que la labor de Renán Barrera carezca de errores o sea perfecta, sino que es inaudito que la crítica a su tarea provenga no sólo de alguien perteneciente a su mismo partido, sino que para acabarla de amolar, lo encabeza en la misma ciudad.
Pero a mayor abundamiento, lo ridículo de la diputada federal plurinominal por casualidad, es que se hizo retratar deshierbando y rellenando un bache, dejando en entredicho no sólo la calidad de los servicios públicos que los panistas presumen proporcionar, sino también la labor de José Collado Soberanis, titular de servicios públicos municipales, que hasta donde sabíamos, es una persona que mantenía buenas relaciones con la titular del PAN meridano (después de esto, quien sabe). Aclaramos que el bacheo es parte de las obligaciones de obras públicas pero de manera reiterada, la menor de los hermanos Patrón ha dejado entrever que la tarea de servicios públicos municipales es deficiente. Este señalamiento podría esperarse de militantes de otro partido, pero nunca de alguien que se diga panista y peor aún, que sea dirigente del partido.
Para rematar, cuando Cecilia publicó sus fotografías deshierbando y rellenando el bache, en su misma publicación, hecha desde su misma página promocional, fue posible advertir una catarata de descalificaciones y cuestionamientos hacia la menor de la dinastía Patrón Laviada, que sus bots y partidarios a sueldo, trataron de minimizar, de manera infructuosa, pues es más que evidente que los habitantes de nuestra ciudad, no quieren a Cecilia y la rechazan abiertamente.
Y para cerrar con broche de oro, la mediocridad e ineptitud de los asesores de Cecilia Patrón Laviada (ponte vivo Pilo, estás quedando muy mal) los llevaron a refritear la divisa de campaña utilizada por Víctor Caballero Durán, vapuleado candidato priista a la alcaldía de Mérida, olvidando que hacer eso, es señal de malfario y símbolo de mala suerte para un candidato.
Es preciso apuntar que Cecilia Patrón Laviada y Víctor Caballero Durán coinciden en algo: ambos usan el mismo slogan y para sus respectivos partidos, ambos son sinónimo de derrota, porque amigos panistas, insistimos: si quieren asegurar ser barridos en las próximas elecciones y perder la alcaldía de Mérida, lo que tienen que hacer es muy simple: elijan a Cecilia Patrón Laviada como su candidata a la alcaldía. Con Cecilia Patrón Laviada a la cabeza, el PAN seguro se lleva una paliza y puede irse despidiendo de la joya de la corona por los próximos años.
¿No habrá alguien que consiga hacer entrar en razón a Cecilia y le haga ver que los meridanos la rechazan o al menos que le pueda dar terreno para deshierbar, platos que lavar, baches que tapar, comida para servir o algo en que ocuparse?
Seguimos pendientes…