El gobierno del estado se dispone a servirse con la cuchara grande

En política no hay casualidades. El anuncio de la construcción de un nuevo estadio que albergará nuestros dos equipos deportivos más importantes, ha encendido las luces de alarma.

Muchos se preguntarán porque, toda vez que se ha anunciado con bombo y platillo que se trata de inversiones de empresarios privados. La realidad es que sabemos de manera positiva, de conformidad a informes proporcionados, que la administración estatal si tendrá participación. Y en estos momentos, invertir un solo centavo es esta clase de infraestructura, no sólo es inoportuno, sino absurdo también.

Pero además otro motivo que lleva a la preocupación, es que en este tema del estadio, hemos advertido la presencia de Rodolfo Rosas, uno de los empresarios consentidos del gobernador del estado y probablemente su operador financiero más importante. Cherchez la femme dirían los franceses.

Amén de lo anterior, tenemos informes de que la administración estatal en turno, prepara el más brutal de los ataques que se haya suscitado en la historia contra el patrimonio de todos los yucatecos. Ataque que dejaría chiquitos todos los suscitados anteriormente, como la venta de los terrenos y maquinaria de CORDEMEX, perpetrado en la era de Dulce María Sauri y la venta de los terrenos de Altabrisa, acaecida en tiempos de Patricio Patrón.

Lo que se prepara, reducirá a los personajes consignados con antelación, a la categoría de párvulos, comparados con el ejecutivo estatal en turno, merced a la magnitud de lo que se avecina.

Y es que de un momento a otro, el gobierno del estado, anunciará la venta del hotel del ISSTEY.

Y también se dará a conocer la venta de los terrenos de Mayaland, que fueran propiedad de Fernando Barbachano, adquiridos por el gobierno del estado, en época de Ivonne Ortega.

Lo curioso de estas ventas de garage a las que se dispone la administración estatal en funciones, es que tienen un único destinatario: Rodolfo Rosas.

Más temprano o más tarde, Mauricio Vila dará una dentellada al patrimonio común de los yucatecos, mediante su operador financiero favorito, con el pretexto de la mala situación económica del ISSTEY y argumentando de esta manera garantizar su viabilidad financiera y respaldar los derechos de los trabajadores jubilados, pensionados y en activo inclusive.

Lo advertimos: la administración estatal en turno, se dispone a cometer el más grande y brutal atentado en materia financiera y patrimonial, en perjuicio de Yucatán y sus habitantes. El mecanismo está en marcha y sólo faltan detalles de forma para darlo a conocer.

A partir de ahora, veremos con cuales de sus hijos puede contar nuestra entidad para defender el futuro de todos y el patrimonio común. Nosotros no lo permitiremos y daremos a conocer puntualmente cuánto suceda.

Seguimos pendientes…