Cecilia Patrón, la mil usos de la política

Aprendiz de todo y oficial de nada, reza el viejo y conocido refrán, que pretende describir como hay gente que todo empieza y nada acaba de manera satisfactoria y con buenos resultados.

Tal es el caso de la diputada plurinominal panista, Cecilia Patrón Laviada, que accedió a la legislatura por milagro, tras ser derrotada por un ilustre desconocido que ni campaña hizo.

A pesar de lo anterior, la menor de los integrantes de la dinastía Patrón Laviada movida por su insaciable ambición, codicia y hambre de poder, insiste en ser candidata de su partido, para competir por la alcaldía de nuestra ciudad, a pesar del más que evidente rechazo de los meridanos (y de los panistas incluso).

Cecilia, la candidata de Mauricio Vila a la alcaldía de Mérida, es aprendiz de todo y oficial de nada: siendo diputada (por milagro), a base de mañas ganó la presidencia del comité municipal del blanquiazul en Mérida. ¿Qué ha hecho? Lo mismo que Vila: Nada, pasear y tomarse fotos, en su absurdo afán de figurar y que la crean una persona sensible y trabajadora, aunque sea todo lo contrario (igual que Vila).

Ya como presidenta de los panistas meridanos y en su carácter de diputada, Cecilia ha querido simular ser una mil usos, entendiendo por esto, ser una persona capaz de desempeñar múltiples actividades.

Lo malo en el caso de la menor de los Patrón es que todo simula y nada hace bien: ni atiende a los panistas, ni es capaz de que le aprueben una sola iniciativa de beneficio para los ciudadanos (no se trata de proponer disparates, sino planteamientos viables), ni atiende las necesidades de la población vulnerable (ni a los panistas apoya si no es época de campaña), ni hace nada a favor de los animales, de las mujeres, ni apoya a los músicos, ni nada. Cecilia simula, siempre simula. Esa es su naturaleza (igualita a la de Vila).

Pero eso sí, Cecilia es capaz de cualquier indignidad con tal de figurar y para la grilla, la insidia, la maquinación y el bisne, para eso está puestísima. Es capaz de retratarse con el diablo, si eso le deja dividendos (la foto con Dulce María Sauri lo prueba).

Porque hay que decir con claridad que si Cecilia Patrón busca ser candidata a la alcaldía de Mérida, no lo hace por mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos, sino para poder mantener el ostentoso estilo de vida que posee, que implica abundancia de dinero, casas y vehículos de lujo, que nadie sabe de donde surgieron, ya que pasó mucho tiempo sin trabajar ni dar un golpe.

¿Permitirán los panistas y los meridanos que una persona de antecedentes tan cuestionables los gobierne? Ojalá que no, de lo contrario, ya tendrán motivos de sobra para arrepentirse de manera posterior (igual que sucedió con Vila).

Seguimos pendientes…