La conexión de Huacho con Verónica Camino y la historia de su pacto de complicidad

Hace mucho lo dijimos, Joaquín Díaz Mena utilizó a MORENA como un medio para lograr sus objetivos de poder político y saciar su inacabable ambición económica, porque Huacho no comulga con los principios morenistas, siempre ha sido, es y será panista de clóset.

Díaz Mena traicionó la confianza de muchos que creyeron en la validez de sus intenciones y palabras de crítica al proceder de diversas figuras del panismo y que lo ayudaron a llegar a un nuevo partido, desde una posición privilegiada.

Basta ver que cuando el oriundo de San Felipe fue nombrado coordinador de programas federales en nuestra entidad, no nombró para cargo alguno a un solo morenista, pero si en cambio dio posiciones a todos y cada uno de sus amigos panistas que lo siguieron en el cambio de chaqueta. Todos sabemos quienes son, entre los más destacados están Edgardo Medina, Domitilo Carballo, Omar Pérez y otros que forman parte de la falange blanquiazul incrustada en MORENA.

Merced a su proclividad por los panistas y sus desmesurados egoísmo y codicia, en la actualidad, Joaquín Díaz Mena es repudiado por la militancia morenista en Yucatán, que ha reconocido en él a un oportunista y trepador. En resumen, descubrieron que es un vulgar arribista, así que lo han dejado solo y con una imagen y reputación más que maltrecha.

De esta manera, Díaz Mena reconoce que por si mismo no tiene futuro ni oportunidad alguna de seguir haciendo carrera en las filas morenistas, pues es reconocido de manera pública y notoria como panista de clóset y despreciado por la militancia granate.

Esto es lo que ha llevado a Díaz Mena y a su runfla de allegados, a discurrir que si quieren seguir disfrutando de los privilegios derivados de los cargos y recursos públicos, es preciso pactar con alguien que les garantice esa seguridad, ya que por si mismos, son incapaces de procurarla.

De esta manera, Blanca Estrada Mora, la superasesora política de Díaz Mena, sugirió la conveniencia de aliarse con Verónica Camino Farjat, mejor conocida como Mocita, otra política de extracción priista (y que como él, tambien traicionó a su partido de origen, en aras de obtener cargos y poder), que por contar con el padrinazgo político de Liborio Vidal Aguilar, figura que cuenta con la amistad personal de Andrés Manuel López Obrador y con amplios recursos económicos, garantiza desde su punto de vista, la posibilidad de continuar uncidos a la ubre presupuestal y política. Como Huacho ve el mundo desde los ojos de Blanca Estrada, por supuesto aceptó.

Blanca y Huacho calcularon que las cosas les serían más fáciles de lograr con la alianza con Verónica Camino y Liborio Vidal, toda vez que Susana, la hija del cacique vallisoletano, está casada con un hijo de María Fritz Sierra, secretaria general de gobierno de la administración estatal en turno, lo que significa no tener que cuidarse las espaldas por ese lado, e incluso la complicidad encubierta del gobierno de Mauricio Vila para poder lograr sus objetivos.

Blanca Estrada además hizo ver a Díaz Mena la conveniencia de pactar con Verónica Camino, a quien Liborio Vidal impulsa como candidata a la alcaldía de Mérida, para poder cerrar el paso a otros liderazgos y figuras que pudieran surgir para hacerles competencia desde la base morenista, situación que de suscitarse, dejaría a Díaz Mena y su runfla de panistas de clóset sin oportunidad alguna de competir, ya que son despreciados y rechazados por los militantes de MORENA, que son conscientes de que sólo les quitan oportunidades y lugares.

Para terminar de vencer los escasos escrúpulos y suspicacias de Huacho, Blanca Estrada le recordó que no por nada Verónica Farjat, madre de la actual senadora verde, Mocita, fue su madrina de bodas. Para terminar la labor de convencimiento, le pidió a Edgardo Medina y a Felipe Duarte, que se encargaran de terminar de disipar cualquier asomo de vacilación y de conseguir la anuencia de Díaz Mena, que como es muy débil de mente, resulta muy fácil de convencer. Lo demás lo consigue su proverbial necedad y obstinación (la que provocó que Rosa Adriana Díaz Lizama en su media lengua, dijera que era muy indio).

De esta manera, se ha dado uno más de los siniestros y vergonzantes acuerdos a los que Joaquín Díaz Mena es tan afecto: pactando con Liborio Vidal, a través de la figura de la senadora verde, Verónica Camino Farjat, cree que podrá conseguir los apoyos políticos y económicos que requiere para poder seguir medrando a costillas de la militancia de MORENA en Yucatán, enquistando panistas de clóset en las diferentes dependencias federales y logrando a través del trampolín que significa la alcaldía de Mérida, sus objetivos de mantener cargos y privilegios económicos.

La pregunta que cabe realizarse es si la militancia de MORENA en Yucatán permitirá a Joaquín Díaz Mena y su runfla de panistas de clóset, a Liborio Vidal Aguilar y Verónica Camino Farjat y su grupo de priistas renegados, salirse con la suya, porque lo que no calculan los miembros de tan infame convenio, es que en Mérida nadie conoce a Mocita, que sería una excelente candidata a la alcaldía de Tizimin, pero no de la capital del estado, ciudad que confían conquistar a base de recursos y malas artes. Dudamos que los militantes morenistas sean tan débiles de mente como el oriundo de San Felipe y caigan en el garlito, por ser de lo más burdo y evidente.

Seguimos pendientes…