Julián Zacarías, un vulgar secuestrador, evade a la prensa y se niega a asumir sus responsabilidades
En Progreso desde hace tiempo padecen un virus peor que el COVID-19. Se llama Julián Zacarías y la enfermedad que produce se traduce en prepotencia, soberbia, malos manejos y actos de dudosa legalidad y utilidad social. Bien lo saben los progreseños, demasiado lo han padecido ya.
También de tiempo a la fecha, en el vecino puerto ha surgido un conflicto con un autódromo, que Julián y sus esbirros han querido clausurar a fuerza, debido a que el ayuntamiento pretende imponer de manera ilegal, una contribución de dos millones de pesos para la construcción de una carretera que pasa por el lugar.
La administradora del lugar, Martha Patricia Montero Azuara lo ha dado a conocer, indicando que por la crisis económica derivada de la pandemia, no cuentan con los recursos para aportar el monto solicitado.
En venganza, el Ayuntamiento de Progreso, ha clausurado el local, sin importar que haya personas dentro, incluida una menor de edad, que puede ver su salud e integridad física y emocional afectadas, por la obstinación de la autoridad municipal.
Los empleados del establecimiento han pedido apoyo a la. Comisión estatal de derechos humanos y solicitado la intervención del gobernador, pero eso y la carabina de Ambrosio, es exactamente lo mismo.
Se sabe que han recurrido a la justicia federal en demanda de Amparo, para poder superar el secuestro del que han sido víctimas de parte de la instancia oficial.
La prensa ha cuestionado al respecto al alcalde Julián Zacarías Kuri, que se ha negado a responder los cuestionamientos de los medios de comunicación, llegando al extremo de bloquear en redes sociales a un portal que le solicitaba fundamentara conforme a derecho los motivos de su proceder, situación completamente ilegal.
El bloqueo de Julián Zacarías a este portal, confirma que su proceder es ilegal, su carácter soberbio y autoritario, el desprecio que siente el alcalde porteño por el cumplimiento de la ley y la complicidad solapada del gobierno del estado y de su titular Mauricio Vila, que no son capaces de corregir y sancionar la conducta criminal de Zacarías Kuri, que sólo piensa en satisfacer su ambición y su ego enfermizo, sin preocuparse de la vida y salud de los trabajadores ilegalmente retenidos en el establecimiento.
Ojalá los progreseños no se vuelvan a equivocar eligiendo personajes de la calaña de Julian Zacarías Kuri, un vulgar delincuente, vuelto gobierno.
Seguimos pendientes…