Nombramiento de los consejeros del INE: cero imparcialidad
En teoría los consejeros electorales del Instituto Nacional Electoral debían ser personajes ajenos a todo vínculo partidista, a efecto de garantizar la neutralidad e imparcialidad en sus determinaciones.
La realidad es que eso es solamente la teoría, porque en la práctica, a los partidos se les asignan cuotas políticas, que los diputados de las distintas fracciones legislativas se encargan de legitimar, pues son los consejeros electorales, quienes a final de cuentas, son los encargados de velar por los intereses de los diversos institutos políticos en los organismos electorales, en vez de procurar elecciones limpias.
Lo aanterior, puede verse en el caso más reciente, en que se eligió a un yucateco (Uuc Kib Espadas Ancona), para ser parte del consejo nacional del INE.
Espadas Ancona dista mucho de ser un modelo de imparcialidad, habida cuenta de haber sido fundador del PRD en nuestra entidad, representante de dicho partido ante organismos electorales e incluso hasta diputado federal en el vecino estado de Campeche. Nadie niega que conozca de materia electoral, pero imparcial no es, sus filias izquierdistas son más que evidentes y habría que estar ciego para no advertirlo.
Por eso mata de risa que algunos políticos, entre los que podemos mencionar al diputado federal verde Ecologista, Jesús Vidal Peniche, la diputada federal panista y presidenta eternamente ausente del comité municipal del PAN meridano, Cecilia Patrón Laviada y hasta el presidente nacional del PRI, el campechano Alejandro Moreno Cárdenas festinaran los nombramientos, carentes por completo de motivos para regocijarse.
Del chayapiojo Vidal Peniche no extraña, toda vez que es un individuo sin dignidad ni arrestos, fiel lacayo de los intereses de su primo Liborio; y capaz de cometer cualquier vileza y de lamer las suelas que sean necesarias, con tal de mantener sus privilegios. Las cosas se toman de quien vienen.
De Cecilia Patrón Laviada, la presidenta eternamente ausente del comité municipal del PAN meridano y diputada federal gracias a su partido, tampoco extraña, porque el pensamiento racional no es su fuerte y a Cecilia los intereses de la ciudadanía y hasta los intereses de la militancia de su propio partido, le importan un reverendo cacahuate. Lo único que le interesa a la menor de la dinastía Patrón Laviada es figurar públicamente, así sea a base de proferir barbaridades, creyendo ilusamente que de esta manera, incrementará su popularidad y conseguirá la candidatura a la alcaldía de Mérida como abanderada de su partido.
Pero lo que más llama la atención es la postura del presidente nacional del PRI, que dejándose llevar por su naturaleza campechana, rebuznó su beneplácito. Situación inexplicable porque Espadas Ancona fue legislador federal por el PRD en su propia tierra natal, así que imposible que no estuviera enterado de por donde late su corazoncito: cero imparcialidad.
De manera lamentable para nuestra patria, la izquierda sigue ocupando espacios en las instituciones y seguirá por ende, tomando decisiones disparatadas, terminando de destruirlo que a tantos ciudadanos libres tomó tantos años construir.
Verdaderamente lamentable la falta de congruencia y sentido de la responsabilidad social de los políticos mexicanos. Recordémoslo a la hora de votar.
Seguimos pendientes…