Trato denigrante a los empleados de la clínica del ISSSTE

Empleados de la clínica del ISSSTE que solicitaron no ser identificados se comunicaron a la redacción de NOTIREDMERIDA para darnos a conocer que son tratados peor que lo eran los mineros negros del barrio de Soweto en Sudáfrica, durante las épocas del apartheid.

Los trabajadores se dijeron víctimas de una absurda disposición ideada por el director del hospital del ISSSTE, el doctor Paulo Edinho Flores Salazar, quien en un acto demencial (seguro para equiparse al esquizoide que habita en Palacio Nacional) determinó que fueran objeto de revisión todos los bultos, maletines, mochilas y objetos por el estilo del personal institucional, al momento tanto de inicio, como de fin de sus labores.

La medida no se entiende, toda vez que en el oficio dado a conocer a la base trabajadora, el doctor Flores Salazar, (que es evidente que ese asunto de la redacción no se le da), nunca dice con claridad cuál es el objetivo a conseguir con las revisiones, que se propone evitar o por el contrario, que intenta conseguir.

Por otro lado, la medida resulta por demás absurda, en esta era de pandemia, en la que se impone el distanciamiento social, máxime que la revisión se aclara, sólo es visual, situación que además de constituir una pérdida de tiempo para efecto de la entrada a tiempo del personal, ni siquiera implica un escrutinio a fondo, que de realizarse, significa un riesgo real de contagio, por el contacto de diversas manos con los objetos personales.

La realidad es que la disposición es interpretada por los empleados de la dependencia federal como un intento de amedrentarlos, habida cuenta del descontento existente por el deplorable estado de las instalaciones, la escasez de medicamentos, la pésima calidad del equipo de protección y lo inoperante de las medidas de seguridad implementadas por unos directivos tan corruptos como ineptos.

Si el doctor Paulo Edinho Flores Salazar tuviera a bien recordar sus clases de redacción, sería fabuloso, porque tal vez alcanzará a expresar que se propone con esta absurda medida, cosa que no logró esta vez, con su media lengua.

Los trabajadores se quejan de que las autoridades institucionales están viendo que se esta muriendo la gente y en lugar de extremar precauciones, estan propiciando mas contagios, con estas medidas absurdas. Cuestionaron donde esta la sana distancia, al estar el personal de seguridad tocando los bolsos de todo el que pasa a los filtros, con los mismos guantes, ya que si uno esta contaminado, todos se contaminan. Lamentaron que las autoridades de la dependencia crean que los empleados sustraen insumos o medicamentos, cuando por el contrario, son los trabajadores quienes ponen de su sueldo para adquirir material de protección que no les es proporcionado y exigieron el cese de las medidas represivas.

Hacemos un llamado a la doctora Martha Eugenia Montemayor Curiel, para poner atención a lo que sucede en la institución a su cargo y dejar de escuchar el canto de las sirenas. Hay mucho trabajo esperando ponga manos a la obra.