Los amores prohibidos de Tomás Jefferson
Thomas Jefferson se enamoró de María Cosway, pero ella no era libre.
La historia lo recuerda como el autor del documento de Declaración de Independencia de Estados Unidos, uno de los padres fundadores de la patria y tercer presidente del país.
Pero Thomas Jefferson (1743-1826) era un hombre de muchos talentos.
Existen aspectos menos conocidos pero no menos importantes de la vida de esta figura tan clave para la historia estadounidense.
Entre ellos, su aptitud para escribir… cartas de amor.
Y hay una en particular, de 1786, que se hizo famosa: The Dialogue Between My Head and My Heart (El diálogo entre mi cabeza y mi corazón).
Los historiadores coinciden en que María Cosway era una mujer deslumbrante. (Pintura de María Cosway por Richard Cosway. 1789).
«Esta carta encapsula sus sentimientos y muestra la complejidad dentro del propio Jefferson», le dijo a BBC Mundo, John Kaminski, director del Centro para el Estudio de la Constitución estadounidense de la Universidad de Wisconsin-Madison, EE.UU.
Pero ¿a quién estaba dirigida la carta?
«AMOR A PRIMERA VISTA»
Thomas Jefferson nació en Shadwell, Virginia, el 13 de abril de 1743 en el seno de una familia adinerada y dueña de muchas tierras.
Estudió derecho, desde 1774 participó activamente en la organización de la oposición al dominio británico y fue el autor principal de la Declaración de Independencia (1776), entre otros roles.
En 1784, Jefferson fue enviado a Francia, como comisionado comercial y luego como embajador estadounidense.
Para ese entonces, el diplomático llevaba dos años viudo, luego de que su esposa Martha muriera a los 33 años al poco tiempo de parir. De los seis hijos que tuvieron, solo dos alcanzaron la adultez.
En los cuatro años que Jefferson estuvo en suelo parisino fue testigo del comienzo de la Revolución Francesa, pero también hubo una revolución dentro de él mismo.
Thomas Jefferson era un hombre de muchos talentos, sobre todo para la escritura.
Jefferson conoció en París a la destinataria de la famosa carta de amor: María Cosway (1760-1838). Él tenía 43, ella 27.
«Mi querida señora. Después de haber realizado el último y triste viaje para acompañarla a su carruaje… y haber visto las ruedas ponerse en movimiento, giré sobre mis talones y caminé, más muerto que vivo, hacia… donde el otro yo me estaba esperando», comienza la carta de 12 páginas que le escribe el 12 de octubre de 1786.
«Tendré que amarla por siempre», dice en otro tramo.
Para el profesor Kaminski, que es también editor del libro «Jefferson in Love« (Jefferson enamorado) en el que se recopilan algunas de las cartas que se intercambiaron Jefferson y Cosway, el de ellos «fue amor a primera vista».
Copia de la carta de Thomas Jefferson a María Cosway que se encuentra en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
«Ella era una mujer deslumbrante y bella, y él era un viudo bien parecido», describe. «Se admiraban mutuamente y eran compatibles en muchos aspectos».
María Cosway fue una talentosa pintora, música, y educadora italiano-inglesa, que cautivó a un gran círculo de amigos y clientes en Inglaterra, Francia e Italia.
«Ella impresionó a Jefferson en parte porque era extremadamente hermosa y encantadora, era el tipo de mujer que usaba su feminidad para atraer a los hombres», agrega, por su parte, Virginia Scharff, profesora de historia de la Universidad de Nueva México y autora de «The women Jefferson loved« (Las mujeres que Jefferson amó).
María Cosway fue una mujer con muchos talentos, pero vivió opacada por su esposo. (Dibujo de María Cosway con su hija en 1794).
Si había tanto amor y tanta admiración entre ambos, ¿por qué no podían estar juntos?
EL IMPEDIMENTO
Jefferson y Cosway pasaron mucho tiempo juntos durante los cuatro años que el estadounidense estuvo en París. Pero había un detalle fundamental que los separaba: María estaba casada.
Su marido, Richard Cosway, era un renombrado artista de la época que hacía retratos en miniaturas. María se había casado con Cosway cuando tenía 18 años para ayudar económicamente a su familia. Él era un adinerado artista inglés que la doblaba en edad.
Pero la relación entre ellos era más bien para aparentar, cuentan los especialistas.
«Ella tenía muchos talentos pero su marido no le permitía vender las pinturas que ella hacía. En ese entonces el arte no era un mercado para las mujeres», detalla la profesora Scharff.
Thomas Jefferson fue el principal autor de la Declaración de la Independencia de Estados Unidos.
María era, además, una católica devota y el divorcio no era una opción. No se podía permitir dejar a Cosway por Jefferson y viajar con él a Estados Unidos.
La frustración por no poder estar juntos está reflejada en la carta de Jefferson en su diálogo contradictorio entre su corazón y su cabeza de Jefferson.
Corazón: pero me dijeron que volverían el año que viene.
Cabeza: pero mientras tanto, mira lo que sufres. Y su retorno también depende de tantas circunstancias que si tuvieras un grano de prudencia no contarías con ello. Además de todo, (este amor) es improbable y, por lo tanto, debes abandonar la idea de volver a verlos».
Pese a exponer abiertamente sus sentimientos, Jefferson mide las palabras y siempre habla de «ellos», tal vez como una manera de no comprometer a María o simplemente porque él era un hombre racional.
Jefferson «lucha con (la pregunta): ¿debo tener una aventura con esta mujer casada?», detalla Scharff a BBC Mundo.
«Él era un hombre sentimental en muchos sentidos, pero hay muy pocos momentos en los que los expresa. Esta es una carta muy poco habitual en la que está en contradicción consigo mismo«, dice la historiadora.
«Jefferson in love» recopila decenas de cartas de amor entre Jefferson y Cosway.
En la víspera de la Navidad de 1786, Jefferson nuevamente escribe a María: «Siempre estoy pensando en ti. Si no puedo estar contigo en la realidad, lo haré en la imaginación».
«No sabemos si consumaron el amor físicamente. Espero que lo hayan hecho, porque se amaban mucho», opina, por su parte, Kaminski.
Finalmente ganó la razón por sobre el corazón y Jefferson volvió a Estados Unidos solo.
Pero ese no fue el único amor de ese padre fundador de EE.UU.
CONTROVERSIA Y RACISMO
Thomas Jefferson mantuvo una larga relación íntima durante gran parte de su vida con su esclava negra Sally Hemings, que además era media hermana de su difunta esposa.
Un pintura de 1795 muestra al primer presidente de Estados Unidos, George Washington con Thomas Jefferson y Alexander Hamilton.
La relación provocó una larga controversia en la historia estadounidense.
Estudios de ADN que le hicieron a los hijos de Sally señalan que tuvieron al menos cuatro hijos juntos. Otros investigadores dicen que los hijos de Sally, que tuvo en total seis, eran en realidad del hermano de Jefferson, Randolph.
Los rumores sobre la relación entre ambos empezaron a circular en la época que Jefferson era presidente (1801-1809). Lo cierto es que Jefferson liberó de la esclavitud a los hijos de Sally cuando él murió.
«Él tenía una vida muy privada y creo que Sally era la mujer perfecta para él, pues no tenía el poder de rechazarlo», analiza Scharff.
Para el historiador Kaminski sigue siendo un tema «sensible».
«En ciertos círculos, si no se acepta el hecho de que Jefferson era el padre de los hijos de Sally, se etiqueta como discriminación», dice.
Por otro lado, agrega, «no hay duda de que Jefferson mismo era racista. Él creía que las personas negras eran inferiores a las blancas, en algún momento de su vida».
UNA LARGA CORRESPONDENCIA
Jefferson se retiró a Monticello, la casa que había construido en Virginia.
Paralelamente a su vida pública y sus escándalos, la relación por correspondencia entre Jefferson y Cosway continuó por unos 35 años.
Se estima que se intercambiaron al menos 40 cartas. Solo se conocen las copias que Jefferson hacía de las cartas que le enviaba a María (las originales se perdieron) y las respuestas de ella.
La copia de la famosa carta The Dialogue Between My Head and My Heart se encuentra en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
En 1822, cuando María tenía 62 años, y Jefferson 78, ella le envió una de las últimas cartas recordando ese amor que vivieron en París: «En tu diálogo, tu cabeza me diría: ‘esto es suficiente’ (pero) tu corazón tal vez entienda que yo podría desear más».
Ella decidió terminar su vida recluida en un convento en Italia y murió en 1838.
Él falleció antes, en 1826, coincidentemente un 4 de julio, al cumplirse 50 años de la Declaración de Independencia que él mismo escribió.