Chismes covitarios de Palacio y hospitales
El número de contagios y fallecimientos a causa del Covid-19 van en ascenso de manera imparable. Las autoridades no lo dicen, pero tal parece que la consigna en los círculos de poder estatales, es procurar la inmunidad de rebaño, sólo así se explica el semáforo epidemiológico en naranja.
Esta presunción la refuerza las declaraciones del propio gobernador, al decir que cuidarse es responsabilidad de cada uno de nosotros.
Fuentes de palacio de gobierno, aseguran que en una reunión con funcionarios de salud, el gobernador perdió los estribos y a voz en cuello gritó que «por sus huevos» (sic, sic y recontra sic) el semáforo epidemiológico se mantendría en naranja, toda vez que la gente es muy terca y no deja de salir y de pasearse a lo largo y ancho de nuestra ciudad, como si no pasara nada.
De ser cierta esta anecdota, estaríamos hablando de una falta muy grave en lo moral y en lo legal, de Mauricio Vila, que fue electo para velar por el bienestar de los yucatecos y tomar las medidas y decisiones que fueran pertinentes para lograr dicho objetivo.
Platicando con médicos del sector salud estatal, a raíz del reportaje realizado en días pasados, pudimos enterarnos que el porcentaje de ocupación de camas que reporta el gobierno del estado ES FALSO.
Nuestras fuentes aseguran que el Hospital O Horán prácticamente ha colapsado y que se están habilitando a marchas forzadas, áreas de dicho nosocomio, para la atención de enfermos de COVID-19.
De igual modo, los médicos al servicio de la secretaría de salud coincidieron en afirmar, que ya hay pacientes de COVID-19 que han sido trasladados al Centro de Convenciones Siglo XXI, llegando alguno a asegurar que ya hay un veinte por ciento de ocupación del total de camas, en el improvisado hospital.
Platicando con galenos que nos dispensan el favor de su amistad, nos han hecho saber que hay fallas severas en la seguridad del más añejo y prestugiado hospital privado de nuestra entidad, siendo que estas fallas provocaron el deceso de una notable cantante y compositora, recientemente fallecida y un enfermero de dicha institución, contagió a un conocido empresario y filántropo, que murió no hace mucho.
Los contagios, subrayaron los discípulos de Hipocrátes, ya se acercaron a gente conocida en amplios círculos sociales y hacen notar que la amenaza del COVID-19 es auténtica. Un ejemplo de ello, nos indicaron es el prestigiado médico Hugo Laviada Molina, afectado por el virus y por fortuna, ya plenamente recuperado. Esto no es un juego, reiteraron, es plenamente real, aunque parece propio de la trama de una película de terror, puntualizaron.
Retornando a los chismes palaciegos, nuestras fuentes de palacio de gobierno, aseguraron que tanto el gobernador Mauricio Vila Dosal, como el secretario de salud del gobierno del estado, Mauricio Sauri Vivas, consumen de manera regular Dióxido de Cloro, si bien este producto no cuenta con el aval de la medicina tradicional y es contemplado como una solución alternativa para los estragos de la pandemia. Ambos jamás lo van a admitir en público, pero es una realidad que consumen este producto, como medio de prevención ante posibles contagios, aseguraron nuestras fuentes.
Como es de todos sabido, el médico alemán Andreas Ludwig Kalcker ha asegurado que el Dioxido de Cloro es la cura del coronavirus y que los intereses de las grandes empresas farmacéuticas mundiales impiden que la noticia trascienda, denunciando represión por contrariar sus conveniencias. Los laboratorios tradicionales, han tildado al galeno teutón de charlatán.
De ser cierta la noticia de que tanto Vila Dosal como Sauri Vivas consumen este producto, habría que preguntarles, porque no lo recomiendan a nuestros paisanos, habida cuenta de que al menos dos personas aquí en Yucatán lo producen.
Lo que es un hecho, es que si no tomamos en serio la pandemia del coronavirus, quizá deberemos atestiguar escenas dantescas de quemas de cadáveres en espacios públicos, como las acaecidas en Ecuador. Tomemos este asunto en serio. El coronavirus no es un juego. Es menester ser prudentes y guardar estrictas medidas y protocolos de higiene.
Ojalá al revelar todos estos trascendidos y anecdotas de prominentes personalidades de la política vernácula, el gobierno del estado recapacite y decrete el cambio de tonalidad del semaforo epidemiológico, para bien de nuestra población.
Seguimos pendientes…