Felipe Tapia, amo y trabajó para su pueblo. Ilustre petuleño que trabajo para los abuelos de la tercera edad, descanse en paz
“Salí de este pueblo por necesidad, porque no hay empleo. Estar ahí en los Estados Unidos, es cuando vez con más claridad las cosas. Urge que nuestro pueblo abra los ojos y luche por sus sueños para construir la esperanza” me compartió, Felipe Tapia Chable, recién que llegó de los Estados Unidos.
-Trabajar ahí, noté también que al estar trabajando mucho, no tenemos mucho tiempo para reflexionar de nuestra vida y menos de lo que sucede en nuestra comunidad. En realidad solo tenemos un poco de tiempo para hablar con los nuestros, y siempre estamos pensamos en trabajar, porque si no trabajas, cómo pagas la renta, comida y los diversos compromisos asumidos al venir por estas tierras.
Sé que no es fácil juntarse, luego si consideramos nuestras diferencias en nuestra forma de pensar o de actuar, hay enormes barreras, pero hay que juntarse, y fue lo que analicé, por eso decidí abordarlo desde el aspecto del meatsil (cultura). Si de por sí me gustaba la radio, por mis experiencias en Xepet, pues eso me dio ánimos para buscar esos espacios en la radio de aquí, y de igual forma colaborar con los diversos grupos culturales en los Estados Unidos.
Verlos reír, bailar y platicar de temas nuestros, para mí, era lo más valioso, porque, aunque uno se jode organizándolo, pero vale la pena, luchar para que estemos juntos, como una gran familia. Quiero ver a los de mi pueblo juntos y no hay que dejar a los abuelitos.
Me desespera ver cuántos jóvenes por falta de orientación, caen en el vicio, si tan solo esa juventud que tienen, lo aprovechen, cuantas cosas no harían por este pueblo (al hablar de Peto).
Cuando estás fuera de tu pueblo, y vivir en carne propia muchas de las experiencias no tan gratas y luego estar en un país extranjero, es cuando se me aclaró, Peto, aún tiene valores que rescatar. Nos conocemos y aún hay temas que aún nos une como comunidad, y eso hay que rescatarlo. Hay que sembrar valores para cosechar esperanzas.
Vivir nuestra cultura, en donde no solo es hablarlo, sino compartirlo, es parte de nuestra fortaleza, y a pesar de nuestras diferencias, nos une como un gran pueblo. Creo que al estar fuera de esta gran región maya, me permitió valorar mucho lo que significa los consejos de mis padres y abuelos, mis raíces mayas es cuando más se fortalecieron, y ahora que estoy de vuelta, regreso con nuevos ánimos para promover esta gran cultura» me confió en entrevista hace muchos años al grabar un video documental en donde él nos compartió parte de esas vivencias.
Ahora al enterarme de la muerte de Felipe, sé que él sembró en Peto esas semillas de la esperanza, y que a pesar de su corta estancia con nosotros, quedó grabado por siempre en nuestra memoria, esos aportes al pueblo que tanto amo.
“Estoy en el aeropuerto, a unos cuantos minutos llegaré a Peto…estoy ansioso por ver de nuevo a Peto…estoy llegando. Ahora transitando entre el parque y por la calle 30, rumbo a casita para ver a mis padres -escribió en aquel entonces, en las incipientes redes sociales al regresar a su pueblo de su largo viaje como emigrante a los Estados Unidos.
Peto, ese hijo tuyo que tanto te amo, ahora regresó por siempre.