Internacional

Los mosaicos de la gigantesca nueva catedral ortodoxa rusa glorifican a Putin y a Stalin

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Los rostros de Vladímir Putin, Iosif Stalin o el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, estarán en las paredes de la nueva y flamante catedral ortodoxa, cerca de Moscú, dedicada a las Fuerzas Armadas rusas. El presidente ruso, el dictador soviético y un buen número de miembros de la política rusa actual están representados en los mosaicos que decoran la iglesia. Otra de las obras en el nuevo templo, que aspira a ser una de las catedrales ortodoxas más altas del mundo y cuya inauguración está prevista en mayo, está dedicada a la anexión rusa de la península ucrania de Crimea.

El brillante y colorido mosaico que representa a Putin, le muestra entre banderas rusas y rodeado de su ministro de Defensa, Shoigu, y figuras como la presidenta del Consejo de la Federación, Valentina Matviyenko, el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, o el director del Servicio Federal de Seguridad (una de las agencias de inteligencia rusa, heredera de la KGB), Alexander Bortnikov, según se percibe en las imágenes que ha revelado MBK media.

Otro, representa a decenas de soldados del Ejército rojo desfilando en la Plaza Roja de Moscú en 1945 para celebrar la Victoria en la Gran Guerra Patria (como denominan en Rusia al periodo de la Segunda Guerra Mundial en el que participó la URSS), portando un retrato de Stalin.

Las imágenes de la catedral de la Resurrección han causado estupor entre muchos rusos, no solo por la representación de Putin y de personajes de la política actual; también porque aunque durante la Segunda Guerra Mundial Stalin trató de moderar oficialmente el tono, muchos religiosos —ortodoxos y no— fueron represaliados muy duramente en los tiempos soviéticos.

“Estas imágenes son absolutamente adecuadas, reflejan la verdad histórica de las páginas que no se pueden quitar arbitrariamente”, ha apuntado el presidente del Consejo de la Iglesia Ortodoxa rusa para el Arte, la Arquitectura y la Restauración, Leonid Kalin, a la agencia estatal Tass. Kalin, ha confirmado que los mosaicos están terminándose en la catedral, que aún está en obras, y que también incluyen una escena que representa a un grupo de mujeres y la leyenda “Crimea es nuestra”. Una escena que conduce a 2014 cuando, tras una operación con militares sin bandera y un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional, Rusia se anexionó esa península ucrania.

“Esa tradición siempre ha existido cuando se representan escenas históricas. Se entiende que en uno de esos acontecimientos significativos fue la adhesión de Crimea. Los miembros del Gobierno, que estarán ahí representados, participaron en esa adhesión”, argumentó el rector del templo principal de las fuerzas armadas, Stefan Klinsky, al diario RBC.

Sobre la polémica del retrato del dictador soviético, el arcipreste Kalin ha reconocido que no todos los miembros del consejo de expertos de la Iglesia Ortodoxa Rusa estaban de acuerdo con representar a Stalin en uno de los mosaicos. “No a todos les gusta, tal vez muchos de sus familiares fueron injustamente reprimidos, incluidos míos, pero no podemos arrancar esa página de la historia y suprimir la memoria de esa persona que en muchos aspectos sirvió a la victoria [del Ejército soviético contra los nazis]”, agregó Kalin. El presidente del consejo artístico ortodoxo aseguró también que la parte dedicada a las figuras políticas era “minúscula” dentro de todos los mosaicos de templo. “No hay ningún elemento de adoración y ninguna expresión especial de sentimientos de lealtad», dijo.

Putin reaccionó con cautela a las revelaciones públicas sobre los mosaicos. Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, comentó el domingo: «Cuando le informaron sobre ello, sonrió y dijo: ‘Algún día nuestros descendientes, agradecidos, apreciarán nuestros méritos, pero es demasiado pronto para hacerlo ahora”.

La inauguración de la catedral de la resurrección de Cristo, que está terminándose en el Parque Patriótico, a las afueras de Moscú, está programada para el 9 de mayo, que se conmemora el día de la victoria sobre el Ejército nazi. Sin embargo, con las celebraciones del día de la victoria suspendidas debido a la pandemia de coronavirus no está confirmado que el templo, que según el proyecto tiene 95 metros de altura —lo que permitirá su inclusión en el número de las tres iglesias ortodoxas más altas del mundo—, se vaya a inaugurar públicamente. Esta semana, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y un grupo de militares, religiosos y expertos han visitado la catedral.

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