Abogado católico advierte sobre la represión del gobierno chino en Hong Kong
Un abogado católico indicó que su arresto el sábado 18 es parte de los amplios esfuerzos de China continental para reforzar el control sobre Hong Kong.
Su terrible experiencia sigue a su participación en meses de protestas prodemocráticas en la isla, que han disminuido por la pandemia de coronavirus.
La policía de Hong Kong arrestó a Martin Lee, de 81 años, junto con otros 14 manifestantes prodemocráticos, el 18 de abril. Según informa The Washington Post, Lee ha sido parte de las manifestaciones a favor del sufragio universal en Hong Kong durante casi 40 años, y este es su primer arresto.
CNA – agencia en inglés del Grupo ACI – habló con uno de los amigos cercanos de Lee, quien comentó que el abogado y los otros detenidos actualmente están en libertad bajo fianza y están a salvo.
Lee, quien es el fundador del Partido Demócrata de Hong Kong, escribió en una columna del 21 de abril en The Washington Post que fue arrestado por participar en protestas el año pasado contra un proyecto de ley de extradición, ahora retirado, que habría permitido al Gobierno chino extraditar a presuntos delincuentes de Hong Kong a tierra firme para ser juzgado.
El abogado señaló que actualmente Hong Kong enfrenta dos plagas de China, el coronavirus (COVID-19) y los “ataques contra nuestros derechos humanos más básicos”.
“Todos esperamos que pronto se desarrolle una vacuna contra el coronavirus. Pero una vez que los derechos humanos y el estado de derecho de Hong Kong se reviertan, el virus fatal del Gobierno autoritario estará aquí para quedarse”, escribió Lee.
Agregó que la prensa libre en Hong Kong fue vital para alertar al mundo sobre los peligros del coronavirus, incluso cuando los medios estatales chinos intentaron reprimir información sobre el brote.
Lee dijo que las autoridades chinas están intentando aprobar una legislación para aumentar su influencia sobre Hong Kong.
Hong Kong es una región administrativa especial de China. Los hongkoneses disfrutan de la libertad de culto y evangelización, mientras que en China continental hay una larga historia de persecución contra los cristianos que van en contra del Gobierno.
En enero, China designó a Luo Huining como jefe de la poderosa Oficina Central de Enlace en Hong Kong. La semana pasada, Luo aprobó una “legislación de seguridad nacional”, que permitiría a China comunista ejercer más control en Hong Kong.
La legislación prohibiría “la sedición, la subversión y el robo de secretos de estado”, escribió Lee.
Esta no es la primera vez que se introduce la legislación. En 2003, las protestas generalizadas contra la medida llevaron a China a retirarla.
La aprobación de dicha ley de “subversión” le daría a China aún más poder para anular las libertades de los hongkoneses, advirtió Lee.
“Estas vagas normas están diseñadas para proteger al Partido Comunista Chino y socavar las libertades fundamentales de Hong Kong, como la libertad de religión, reunión y prensa, incluida las denuncias sobre la pandemia, que avergüenzan a Beijing”, escribió.
La Comisión de Justicia y Paz de la Diócesis de Hong Kong emitió una declaración condenando los arrestos el 18 de abril, pidiendo el fin de las detenciones hasta que se pueda establecer una comisión independiente, y que la policía devuelva los celulares de todas las personas arrestadas para garantizar su privacidad.
La Diócesis también reiteró que el Gobierno debe responder a las demandas de los manifestantes prodemocráticos, que incluyen una investigación independiente sobre las tácticas policiales.
Un amigo de Lee en Hong Kong, quien mantuvo el anonimato por seguridad, cree que el viceministro de seguridad pública de Hong Kong que supervisa la policía secreta china, Sun Li Jun, quería enviar un mensaje de poder antes del Día de los Trabajadores chinos que se celebra el 1 de mayo.
Él sospecha que Sun, quien según los informes está siendo investigado por corrupción en China, ordenó los arrestos para demostrar que las autoridades tienen el control del movimiento prodemocrático en Hong Kong.
“Como creyentes, seguiremos orando (por Hong Kong) y dejaremos que nuestro Señor guíe el camino”, dijo el amigo de Lee a CNA.
“En Hong Kong todos amamos a China y al pueblo chino, pero estamos en contra del PCCh (Partido Comunista Chino) por lo que han venido haciendo contra todos nosotros”, afirmó.
Los católicos han desempeñado un papel importante en las protestas, que continuaron después de que se revocó el proyecto de ley de extradición.
«Si se hubiera aprobado el proyecto de ley de extradición, ya podríamos haber sido juzgados en China en lugar de Hong Kong», señaló Lee en su columna.
Los cristianos y los defensores se opusieron ampliamente al proyecto de ley, temiendo que el Gobierno chino, que ya busca controlar y reprimir el cristianismo en el continente, lo use para reducir aún más el libre ejercicio de la religión en Hong Kong