Otra más de la piñata Díaz Mena
Gallina que come huevo, ni que le quemen el pico, prescribe la sabiduría popular, subrayando que aquel que ya tiene un mal hábito arraigado, nunca cambiará su comportamiento.
Tal es el caso de Joaquín «la piñata» (porque todos le dan de trancazos) Díaz Mena, un panista de clóset, que en aras del oportunismo político, hoy día forma en las filas de MORENA.
Funcionarios de la Secretaría del Bienestar que solicitaron el anonimato, nos dieron a conocer que el super relegado comenzará a repartir los apoyos que envió el gobierno federal, con motivo de la contingencia sanitaria que en la actualidad todos los mexicanos padecemos.
Es el caso, que nuestras fuentes refieren que en nuestra entidad hubo alrededor de 80 mil solicitantes inscritos, pero no se repartirán más que cinco mil de estos apoyos.
Estos apoyos llegarán a cinco mil afortunados, palomeados con anterioridad por el dedo mágico del super relegado en Yucatán, Joaquín «la piñata» Díaz Mena, que fue el encargado de seleccionarlos, sin atender a otro criterio que no fuera la sumisión a sus intereses.
Cabe recordar a nuestros amables lectores, la clase de fichita que es la piñata Díaz Mena, un individuo egoísta, ambicioso y soberbio, que se cree hecho a mano y que le hace un favor al mundo existiendo. Por eso, solo es leal cuando se le cumplen sus caprichos. Si no ocurre así, hace su rabieta y se va. Tal fue lo que sucedió con anterioridad en el PRI y el PAN, partidos en los que el oriundo de San Felipe militó y que pueden confirmar la veracidad de estas aseveraciones.
Díaz Mena, es un tipo enemigo de la inteligencia, que no quiere colaboradores, sino cortesanos. Tal es lo que lo condujo a integrar la lista de beneficiarios con incondicionales y lacayos.
Esperamos que el gobierno federal y los militantes de MORENA den cercano seguimiento y marcación personal a los disparates que realice este panista de clóset, que solo encuentra en su cargo, un instrumento para satisfacer su codicia y para tratar de cumplir los caprichos que sus complejos le dictan.
Seguimos pendientes…