El gobierno del estado enseña el cobre
Más allá de la actitud intolerante exhibida el día de ayer, por la buctzotzlovaca, Rosa Adriana Díaz Lizama, ante las protestas y reclamos populares, la actitud exhibida por el gobierno del estado, a través de sus funcionarios, es para ponerse a pensar.
Y es que reprimir a quien nos plantea situaciones incómodas, es un signo de debilidad (no de fuerza) y de carencia de argumentos y ecuanimidad, nada raro en la jefa de la fracción panista, que no se caracteriza por su preparación, ni por su don de gentes.
Pero lo preocupante no es constatar la falta de oficio político de la diputada Díaz Lizama, sino percatarnos que el discurso del responsable de las fuerzas del orden ha cambiado: ya no habla de un error, motivado por el nerviosismo (fruto de la falta de capacitación) de sus elementos, sino que justifica la represión desatada, basándose en la defensa de los derechos humanos de las fuerzas a su cargo, a las que dijo atacadas.
No podía esperarse otra cosa de Vila y su gobierno, que no fuera falta de sensibilidad y soberbia. Por eso el ejecutivo estatal se ha ganado el desprecio del pueblo yucateco y lo ha obligado a cobijarse y refugiarse en círculos selectos, donde el oriundo de Toluca se siente a salvo de las críticas y los inconvenientes de las protestas populares.
Preocupa la actitud de Saidén Ojeda justificando la represión, pues lleva a pensar en algo igual o peor en circunstancias similares, que sin duda se repetirán, pues la administración estatal en turno hace todo lo posible, para granjearse la repulsa de la gente.
Lo peor de todo para Vila y su gavilla de ineptos perdularios, es que el mito de los gobiernos panistas honestos y eficaces, se ha terminado con el régimen actual.
No queda más que esperar a que llegue el 2021 para lograr que las cosas cambien.
Es cuanto…