Liborio Vidal Aguilar, cabeza de un clan de traidores y oportunistas
Si hay alguien que se ha visto beneficiado por el sistema político desde hace ya tiempo, ese sin duda alguna, es Liborio Vidal Aguilar.
Vidal Aguilar es un empresario vallisoletano, propietario de una cadena de establecimientos dedicada a la venta de aparatos electrodomésticos, en la que es fama, sabe sacar todo el jugo posible a sus empleados, pagando los menores sueldos que puede, que comenzó a incursionar en la política de su ciudad natal, compitiendo con su primo, Roger Alcocer García, otro importante empresario del oriente del estado, en el ámbito de acción del Partido Revolucionario Institucional.
Pero Vidal Aguilar nunca se ha caracterizado por la firmeza de sus convicciones, ni por su lealtad partidista, pues en más de una oportunidad ha coqueteado con otros institutos políticos y abanicado sus posibilidades, a grado tal, que ha contribuido a posibilitar sus triunfos, en detrimento del PRI, el partido al que al menos en la teoría, dice pertenecer.
De suerte tal, reiteramos, Vidal Aguilar ha hecho factibles triunfos del PRD y MORENA en Valladolid, su ciudad natal, a través de marionetas y hombres y mujeres de paja, a los que no duda en utilizar para lograr sus objetivos. Prueba fiel de ello, es Alpha Tavera, una allegada suya, actualmente incrustada en la nómina de MORENA, que gracias al apoyo de Vidal Aguilar y desde su cama, merced a un aparatoso accidente, logró acceder a la presidencia municipal de Valladolid.
Vidal Aguilar hace solo unos pocos años, accedió a una curul federal bajo el membrete del Partido Verde Ecologista de México, en ese entonces alianzado con el PRI y aprovechó consolidar vínculos amistosos con conspicuos personajes de la izquierda mexicana, incluido el propio Andrés Manuel López Obrador, con cuya cercanía Liborio se llena la boca de presunción. En su gestión como legislador federal, Vidal Aguilar, un individuo de escasas luces intelectuales, no hizo nunca nada que valiera la pena en materia de iniciativas, debiendo contentarse con adoptar una falsa y populista actitud de supuesta generosidad, al donar el importe de su dieta legislativa a favor de la niñez, cosa que compensaba sobradamente con los jugosos bisnes que bajo el agua realizaba, habida cuenta que es vox populi, que si algo caracteriza a Vidal Aguilar, es su proverbial tacañería, teniendo fama pública de ser un político muy piojo.
Merced a su cercanía con la izquierda, en el proceso electoral pasado, Liborio Vidal hizo correr el rumor de que aspiraba a convertirse en candidato a gobernador del estado por el PRI, cargo al que siendo sinceros, jamás tuvo oportunidades reales de llegar, pues si bien es obligado admitir que encabeza un liderazgo regional muy fuerte, fuera del oriente del estado, no cuenta con simpatizantes. Liborio es pues, un político aldeano y sin cualidades de estadista.
Pero lo que si consiguió Vidal Aguilar al difundir su aspiración a la primera magistratura estatal, es negociar fructuosamente y obtener posiciones para sus allegados, principalmente una diputación federal por el PVEM para su sobrino, Jesús Vidal Peniche, un individuo oscuro y miserable, como él, incapaz de erogar un céntimo a favor de su electorado y una regiduría para su hijo, Liborio Vidal Cañetas, un junior con una lata de gas en el cerebro y sin mayores méritos que el apoyo paterno para obtener una condición edilicia, que hacía imprescindible la derrota tricolor para poder materializarse.
Con la victoria de Mauricio Vila en el proceso electoral anterior, se sabe que Vidal Aguilar pretende ahora con seriedad, acceder a la gubernatura, ya sea a través del Verde o MORENA, no vacilando en utilizar como pararrayos al efecto, a otra de sus marionetas, la senadora verde ecologista, Verónica Camino Farjat, otra trepadora y oportunista política, que tampoco se caracteriza por la lealtad de sus convicciones.
La realidad es que a menos que Vidal Aguilar se vea beneficiado con un dedazo presidencial, es altamente improbable que obtenga la candidatura, debido a sus acusadas limitaciones, que incluyen cierto cuatreo al hablar y defectos de dicción, inaceptables en un personaje que en varias ocasiones ha accedido a legislaturas federales.
Por otro lado, su condición de cicatero y su acusado complejo de malix que jamás alcanzará a superar, para ser capaz de hacer equipo lo inhabilitan y excluyen para otra cosa, que no sea lo único que más o menos sabe hacer que es chantajear y asestar golpes bajos.
Liborio Vidal Aguilar, para finalizar, es un personaje que tiene prácticamente un pie fuera del tricolor, cosa que el PRI debe agradecer sobradamente a toda la corte celestial.
Es cuanto..